Mont Valier, el Pirineo salvaje



MONT VALIER, EL PIRINEO SALVAJE



Mont Valier, Cara E, voie du Trou Noire


Pirineo salvaje

            Entre los amantes de la naturaleza de toda Europa, a los Pirineos se los conoce como las “montañas salvajes”. Pues bien, tal vez las montañas más salvajes del Pirineo sean las que pueblan los valles del Couserans y el Ariège, bajo la mirada protectora del Mont Valier. Allá lejos, demasiado lejos de casa, suficientemente lejos de las aglomeraciones turísticas y montañeras de nuestros queridos Vignemale, Gavarnie y Neouvielle, allá donde aún campea el oso y canta el urogallo. Allá donde las cimas no llegan a tres mil, los accesos son escasos e incómodos y la quimera del esquí alpino aún no ha llegado con sus destrozos.  Allí donde tal vez haya que patear 6 h para llegar a una cabaña a 1500 m de altura, y aun se ven más pastores que excursionistas. Donde los bosques parecen extenderse sin medida, solo para dejar paso a herbazales casi verticales donde ovejas y jabalís hacen sus pinitos de alpinista para poder pastear. Allí donde a uno le apetecería olvidarse del material y perderse unos cuantos días con cámara y prismáticos… 
Morning glory
En las rampas herbosas

            Tras una campaña alpina corta pero intensa, otra vez el placer de recorrer el pirineo a la hermosa luz de una jornada otoñal. Buscando conocer nuevos valles y rellenar huecos en nuestro mapa mental (y en nuestro historial), de nuevo echamos mano de “las 100 mejores” de Bellefon. Hoy nos dirigimos al Mont Valier. 

Nuestra arma secreta: el martillo-piolet
En el tercer largo
            La jornada será larga y placentera, más por su aspecto panorámico y contemplativo que por la escalada en sí. El Mont Valier, como el Arbizon o el Pic d´Estos, es uno de esos gigantes pirenaicos olvidados que merece una visita. Y subirlo escalando siempre será más entretenido que hacerlo pateando, je je ! Dicho esto, hay que aclarar que como escalada, está un peldaño por debajo de los dos anteriores, tanto en belleza como en compromiso. Pero no deja de ser una escalada curiosa a una pared de aspecto impresionante, condimentada por una aproximación delicada por praderas colgadas de mucha inclinación, que pueden ser muy peligrosas si están mojadas. Una vez en la pared, la dificultad es moderada, pero el aseguramiento a veces no es muy evidente. Nuestro 4º largo, la travesía a la dcha, por su longitud, roca delicada y dificultad de aseguramiento, nos recordó a la travesía inicial del Arbizon…
El largo clave: la travesía
Ambiente en la travesía

            El amigo Txingu había visitado la vía unos días antes, y tal como nos dijo no hicieron falta crampones para la herbosa aproximación. En cambio, sí  que usamos un martillo piolet txikito, que además vino bien para pitonar. Metimos dos pitones extraplanos en dos reuniones. El resto del material, aliens, fisus, 10 expreses y camelots del 0.5 al 3. Muy útiles las infos que en su día metió Remy Thivel en su página web, así como sus fotos de la aproximación y la vía que se pueden consultar allí. La descripción de Bellefon es bastante buena, pero el acceso actual es diferente.
 

 
 De St Girons, pasamos Seix y en Couflens tomamos la carretera al Col de La Pause (1527 m), que tras las últimas casas se convierte en pista. Seguimos subiendo hasta el Étang d´Areng, a casi 1900, junto al cual hay un alberque (cerrado) de nueva construcción con un porche de lo más acogedor. Aquí dejamos el coche, y arranca la GR 10 que nos conducirá a oscuras mañana hasta la Cabaña de Aula (1543 m), abierta y que sería una buena opción para escaladores menos apresurados… De la cabaña empezar a caminar valle abajo y, sin seguir la GR, arrimarse ensegida a las laderas de la izquierda y localizar una leve traza de senda que sube por una pendiente herbosa para llevarnos a cruzar un hayedo, aquí la senda se hace más evidente, y apareces ante la oscura y sombría cara E del Mont Valier. Mejor hacer este tramo con luz. 
Saliendo del Trou Noir

Tras superar las cuestas herbosas, (algún parabolt en la travesía final) aparecemos en una canal rocosa donde unos parabolts de otra vía reciente nos permiten subir “ensemble” cosa de dos o tres largos. Hacemos un primer largo por los párabolts, Pero al fin, los dejamos a nuestra izquierda para pescar unas fisuras a la derecha (2º largo, 2 pitones, V), quedando un largo bastante chulo. El 3º es más indefinido y a ratos roto, llegando a una reunión montada con dos pitones, bajo la chimenea característica que no hay que seguir. El 4º es el largo clave, travesía de V/Vsup, roca delicada por no decir rota, dos pitones, y metemos otro para la reu. A partir de aquí el terreno es más cómodo y discontinuo, hacemos otros 3 ó 4 largos en los que encontramos un pitón. La vía culmina en una estética arista herbosa, que con unas vistas de gran belleza nos permite subir ya desencordados hasta la cima del Mont Valier. (2838 m) La verdad es que el paisaje se agradece, te permite parar cada dos por tres con la excusa de las fotos, cuando la verdad es que ya los muslos no dan más de sí… Cosas de la edad…
En la estética arista final
Descendemos el Valier por la ruta normal de la otra vertiente, pasamos el petit Valier y llegamos al Col de Peira Blanca. Allí nos lanzamos por la pedrera, hacia la vertiente de Aula. Hay restos de senda y unas marcas rojas, que perdemos una y otra vez hasta que en los prados, la senda se dibuja más nítidamente, acompañada de hitos. De todas maneras, mola visualizar la bajada desde la pared, sobre todo si se baja justos de luz como nosotros… La senda es muy estética, culebrea entre espolones herbosos frente al Valier, cruza un colladito y baja hasta la cabaña de Aula. Solo queda la última gran subida…
El Glaciar del Valier, los días contados
 
Iniciando el descenso


 En total, 14 h de coche a coche, atravesando algunos de los parajes más salvajes del Pirineo, para escalar encordados unas 5 h. Seguro que algunos pensarán, y tal vez con razón, que no les compensa. Nosotros recordaremos esta jornada como otro hermoso viaje por el lado más salvaje de los Pirineos.

Mont Valier, cara E, via del Trou Noir, MD inf, abierta por Adoubert y compañeros en el 71

Lasarte Anaiak

3 comentarios:

Chavi dijo...

Gracias.

Trataremos de seguir vuestros pasos.

lorenzo dijo...

¡¡Qué bien compartir vuestras aventuras!! Al final ya se nos han echado encima las primeras nieves pero, en cuanto se seque la pared ya estamos allí con el Chavi a disfrutar de este Pirineo Salvaje que a nosostros tanto nos gusta.
A ver si coincidimos en cualquier otra "bellefonada".

albertganxets dijo...

Escaladas preciosas, valiosas
y poco mediáticas

seguro que enriquecedoras, alejadas y muy comprometidas, pese a la aparente sencillez de sus dificultades técnicas.

Mola ver que sigue habiendo gente que disfruta -y sufre- con estos recorridos. Y mola redescubrir la utilidad de antiguas herramientas !!!