PILAR SUR DEL ASPE

Vías olvidadas, en una pared desconocida, en un monte archifamoso, el Aspe. Subiendo hacia la arista de los Murciélagos, algunos se habrán fijado que a su izquierda hay una bonita pared de dos colores, parece un helado de café (arriba) y nata (abajo). Pues allí que fuimos con la intención de disfrutar y hacerle una reseña, para que no esté tan sola, la pobre.
La vía que escalamos fue abierta en 1977 por unos escaladores navarros (I. Aldaya, J. Garayoa y J.M. Jericó). Posteriormente se abrió una variante, cuyo trazado desconocemos, y el hermoso diedro central, la vía Aitor (recomendable).
El trazado es de corte clásico, siguiendo lo más evidente por fisuras, diedros y chimeneas. Roca buena, sobre todo la caliza marrón, aunque estamos en montaña y habrá que testar algunos bloques y tener cuidado en las terrazas con las piedras. Vía para montañeros escaladores (¿alpinistas?). Equipamiento casi inexistente, sólo un clavo y un fisurero abandonado en progresión. Reuniones a montar, excepto una (clavos). Vamos, que hay que currárselo, pero sin agobios: los cacharricos entran bien y el grado no aprieta demasiado. Todas las reuniones en cómodas repisas. Aproximación (preciosa) de dos horas desde Aisa. Los grados están puestos científicamente a güevo, pero por ahí andarán.


Primer largo: es el menos evidente. Dejamos un hito de piedra al inicio, junto a un puente de roca. Buscar la mejor roca (la hay) por las placas, evitando las canales. Se puede disfrutar de unos tramos de caliza compacta y adherente. Se sale a unas terrazas herbosas al pie de un evidente canal-diedro. Montar la reunión lo más alto posible en la terraza para que llegue la cuerda en el siguiente largo. Reunión con fisureros y friend.









Segundo largo: desde la reunión da un poco de repelús, pero quitando los primeros metros, la roca es bastante decente y, sobre todo, se asegura muy bien. Sigue todo el canal-diedro hasta llegar al cambio de roca y desde ahí una travesía horizontal a la izquierda. Aconsejable que el primero ponga un seguro antes de la travesía para que su compañero no le mente a su familia cuando vea el péndulo que le queda. Reunión montada sobre un pico de roca.

Tercer largo: Ya estamos en la roca marrón, más compacta, llena de manchas blancas. A partir de ahora se trata de seguir las fisuras y diedros que en oblicuo cruzan la pared hacia la derecha. Largo fácil con un pasito casi al final. Reunión al pie de una visible chimenea, con friends.

Cuarto largo: empezar por la elegante chimenea hasta una terraza. Más diedros y fisuras (¡un clavo!) nos llevan a la base de otra chimenea, donde no nos lo vamos a creer: hay tres clavos de reunión.

Quinto largo: el más corto. Otra chimenea, un poco más arrastrada, nos deja en otra terraza, al extremo de la cual montamos reunión con un clavo y un puente de roca, al pie de un diedro.

Sexto largo: subir por una maravilla de diedro que se asegura bien y después por una fisura. En la parte final, llegando a la meseta cimera, ojo con los bloques y piedras sueltas. Reunión en pico rocoso.

Desde el final de la vía hay diez minutos a la cumbre, bordeando al principio una brecha por su izquierda, con una trepada.

Total, una vía bonita, alpina y sin grandes dificultades. Una de las formas más elegantes de subir al Aspe. A disfrutar.

La reseña: