ANAYA AL ASPE
Fantaseando desde la reunión.
Hay montañas que se imponen por sí
mismas. Midi, Mont Valier, Bisaurín… igual nos da que no sean las más altas,
uno las ve y tiene ganas de visitarlas y conocerlas. Y si puede ser por una vía
de escalada elegante, mejor que mejor. El Aspe es uno de esos montes.
Habíamos recorrido ya la Norte
clásica en invierno, y sabíamos de la existencia de la exigente Edil, que
algunos amigos habían recorrido, difícil de encontrar en condiciones y también
en la norte. Por lo demás, en cuanto a la roca se refiere, la arista de los
Murciélagos no nos urgía y nuestra mirada se centraba en otras paredes y otras
montañas.
Cordadas en Subterránea |
Todo esto cambiará en 2010 gracias a
Mikel e Iker Madoz, que en este mismo blog vuelven a poner el Aspe en el
punto de mira al rescatar del olvido una muy buena vía abierta por Aldaya,
Garayoa y Jericó en el 77, la original
de los Navarros al Pilar Sur del Aspe. Luego todo se desencadena. De nuevo los
Madoz, junto con Imanol Armendariz, abren la Anaya en 2012, y la cuadrílla de
Sendero Límite abren la Subterránea en 2015. Y así el Aspe entra por derecho
propio en el mapa pirenaico de la escalada.
Entrando en la vía Anaya |
De modo que al igual que el año
pasado, avanzamos penosamente por la gran pedrera que conduce a la base del
espolón Sur de la montaña. El año pasado recorrimos en soledad el Pilar de los
Navarros mientras las cordadas se amontonaban en la Subterránea. La experiencia
nos dejó muy buen sabor de boca, así que este año repetimos cuestorrón y nos
dirigimos a la Anaya. Esta vez, sorpresa, coincidiremos en nuestra vía con otra
cordada, los alaveses Xabi Gatón e Iban Ciriza. En la Subterránea, otra vez se
siguen unas cordadas a las otras, lo que parece ser lo habitual. Todos sabemos
lo difícil que es sustraerse al poderoso aroma del parabolt.
El primer largo, roca delicada para calentar en los primeros metros. |
No tenemos nada en contra de las vías equipadas, que de hecho escalamos a
menudo. Es más, nos consta que Subterránea es una buena vía que tenemos en la
lista de tareas pendientes. Pero la visión de tantas cordadas en la misma vía,
en una pared que ofrece más líneas de calidad y similar dificultad, nos ha
hecho darle vueltas (de nuevo) al asunto ese de los párabolts y su uso y
posible abuso en las vías de montaña o de pared.
“Claro, es que está equipada con parabolts.”
En la 1ª reunión |
Paso delicado en el 2º larg |
Vaya por delante el agradecimiento a la labor de aperturistas y equipadores
que dedican un montón de tiempo y trabajo (que nosotros no podemos o queremos
dedicar) a poner en condiciones esos sectores de deportiva que nos permiten
coger y mantener nivel, o que descubren lienzos de pared que luego pasarán a
engrosar esas carpetas de cuentas pendientes.
Tercer largo, 6b |
¿Existe algo mejor que escalar una buena vía de pared, abierta con visión y
que nos permita un viaje vertical de unos cientos de metros sin pisar ninguna
vía? ¿Una vía que nos ofrezca hermosos paños de escalada bien equipada, con
unas reuniones y seguros que nos permitan apretar y exigirnos sabiendo que en
caso de vuelo no pasará nada? Encontrarte una de esas vías es un placer y un
regalo.
Un tubo de órgano gigante |
Pero aquí está una de las claves. Porque “bien equipada” no tiene porqué
significar generosamente equipada, o sobradamente equipada. Es más, “bien
equipada” supondría tener unos seguros adecuadamente situados para evitar
caidas peligrosas, pero en ningún caso un número excesivo que restara el caracter
obligado y exigente de la escalada. En nuestra opinión, una largo de 6a cuyos
seguros permitan ascenderlo en A0 no sería una vía bien equipada, al contrario.
Esto podría ser comprensible y hasta lógico si en una pared con una dificultad
homogénea de digamos V grado nos encontráramos un lienzo aislado de más dificultad.
Pero no como regla general.
Mirando a la 2ª reu |
Pasos de adherencia en el tercer largo |
No olvidemos porqué estamos aquí. Qué fué lo que nos atrajo de la escalada.
Esa sensación de riesgo, de compromiso, esa incertidumbre y ese nudo en el
estómago previo a algunas vías, esa posibilidad de fracaso. Ese valorar las
propias condiciones, las dificultades de ofrece la pared, las posibilidades de
escape. Cuanto más exigente es un largo, cuanto más nos pide, más elevada es la
recompensa, pasan los días y nos encontramos todavía rememorando esos
movimientos, esos momentos de duda e incertidumbre. En cambio, si el
equipamiento elimina el carácter obligado de los movimientos, si a la menor
dificultad podemos tirar de Ao, subiremos la vía, por supuesto, una vía más que
ascenderemos rápidamente y olvidaremos rápidamente, por que no nos exigió lo
más mínimo. Un producto de consumo rápido. Cuando hablamos de comida, lo
llamamos comida basura.
¿Cómo se mide la calidad de una escalada? ¿Por el número de repeticiones
que tiene? ¿O tal vez por la intensidad de la experiencia? Pues de eso se trata
en realidad, de experiencias que nos exigan comprometernos y enfrentarnos
conscientemente a riesgos y dificultades en la montaña. Y ese es un proceso que
uno recorre gradualmente, que tiene que recorrer para desenvolverse en la
montaña sin peligros. Equipar en exceso una pared para que sea accesible
trampeando a personas sin el grado adecuado, además de restar autenticidad a la
experiencia de la escalada, nos parece peligroso. Crea una falsa sensación de
seguridad en personas que seguramente se han saltado etapas y no tienen la
experiencia necesaria para deambular con soltura en una pared. Ante el menor
imprevisto se puede montar un buen cisco. Y si además los astros hacen que se
junten varias cordadas de este pelo en una vía larga, la probabilidad de marrón
se multiplica. Subir acerando un largo vertical puede ser mucho más fatigoso de
lo que algunos piensan.
La arista de los Murciélagos |
¿Entonces qué hay que hacer? ¿No se trata de elitismo el reservar esas
paredes solo a gente que tenga el grado adecuado para hacerlas?
5º largo, precioso, un pitón. |
Sencillamente solo con releer esta última pregunta uno se da cuenta de lo
absurda que es. ¡No es elitismo, es la realidad! La escalada en montaña y en
pared es una actividad potencialmente peligrosa (y por eso nos gusta) y hay que
estar a la altura, mental y físicamente. Como nos pasa a todos, hay que mirar
con respeto y deseo esas vías que se nos escapan, y trabajar para poder estar a
la altura en un futuro. Y si se tiene el grado muy justo para la vía (como me sucede más veces de lo conveniente),
entonces hay que tener recursos para trampear, llevar estribo, fifí… y estar
dispuesto a rappelar la vía si finalmente no podemos pasar.
6º largo, el magnífico diedro en 6a, limpio. |
En la escalada, hay muchas cosas importantes. El hermoso paisaje de
montañas y roquedos en el que se
desarrolla, la propia actividad física, el control de las emociones, la
concentración que requiere, el conocimiento de las maniobras y del medio…Todo
ello contribuye a enriquecer nuestra experiencia y vivencia de la escalada. El
equipamiento también puede contribuir. O puede restar autenticidad y brillo a
esta experiencia.
Algo parecido sucede con la marcha de aproximación. Es un privilegio
escalar en un entorno aislado, que nos exiga una marcha de varias horas e incluso
nos obligue a un vivac previo. Lo que es una putada es que nuestro ritmo de
vida nos robe el tiempo necesario para ello. Una larga aproximación en la
naturaleza no es una pega, sino un atractivo más de la escalada, que tenemos
que agradecer…aunque a veces nos venga mal.
Saliendo de la vía |
La seguna parte de la pared |
Al comienzo de esta filípica nos hacíamos una pregunta retórica. ¿Existe
algo mejor que escalar una buena vía, correctamente equipada, por un hermoso
lienzo de pared de una bella montaña? Por supuesto que es una gozada, pero sí
que existe algo mejor. Todo aquel que haya escalado un itinerario parcial o
totalmente desequipado sabrá a qué me refiero. Pues sí, eso incrementa el
riesgo potencial y exige un mayor compromiso y destreza por parte de los
escaladores, pero todo ello hace que la intensidad de la experiencia se
dispare. Y de eso se trata, en realidad.
Alguna vez, recorriendo alguna buena vía bien equipada, uno no puede evitar
pensar lo que ganaría el itinerario si se hubiera quedado algo más limpio,
aprovechando las fisuras o posibilidades, a veces generosas, de la roca. Pero
en fin, eso es algo que decide cada aperturista. Aunque los demás podemos
opinar y en eso estamos. Es verdad que hoy en día tampoco hay muchos sectores
de iniciación donde poder empezar con las vías semiequipadas, pero eso es otro
tema.
Total, tras todo este rollo, decir
que disfrutamos de una hermosa escalada en la Anaya al Aspe, y que el que
quiera informaciones más concretas las hallará en otras entradas de los
Caracoles. En especial, fue un placer la segunda parte de la escalada, esos
casi 120 m de escalada prácticamente pelados, (un piton y unos puentes de roca
al final), pero como decía Bunny, generosamente equipados con fisuras.
Una cordada saliendo de la arista de los murciélagos. |
El pilar de los Navarros, que
recorrimos el año pasado, nos dejó un recuerdo igual e incluso mejor, y también
lo recomendamos. Eso sí, no subestimar las chimeneas-diedros de V, ya se sabe
que el grado de esa época era más bien ajustadito. En conjunto nos pareció un
recorrido, si no más difícil, sí más severo y exigente.
Caperan de Sesques, viejo conocido |
No tenemos ninguna duda de que
volveremos a esta pared. ¡Aun nos queda Subterránea por escalar! Pero no creo
que sea hasta el año que viene… Pues la intensidad de la experiencia de su
escalada solo es comparable a la intensidad de las agujetas provocadas por el descenso…
Lasarte anaiak
5 comentarios:
Como en otras ocasiones las piadas de los Lasarte se hacen esperar...
Pero cuando llegan son siempre de sobresaliente!!! Un abrazo!!
Dado que no creo que nos lleguemos a poner de acuerdo nunca en el tema del nivel de equipamiento y de las vías equipadas en alta montaña, sugiero que los que no están de acuerdo con vías como la Subterránea dejen de criticarlas. En sentido contrario no se leen quejas. A los que no les atraen las vías desequipadas no se dedican a criticarlas, pero al revés si. Y dejar de pontificar sobre la filosofía y la esencia de la escalada. Cada uno la entiende como quiere.
Otra cosa que me sorprende, es que muchos de los que critican las vías bien equipadas son de los primeros que las suben. Algunos de ellos luego no lo escriben en sus blogs, no vaya a ser que baje su caché. Y luego están algunos guías que no dudan en llevar a sus clientes a estas vías, cuando públicamente las ponen a parir.
Ernesto
Nada más que añadir Don Patxi.Excelente.
Sin mayores preámbulos le recuerdo sus tareas pendientes por el valle de Ansó. Donde esperemos los Lasarte encuentren unas escaladas más acordes a sus gustos bizarros. Donde podrán lazar sabinas, chapar algún pitón y darse algún paso con el seguro por debajo de los pies.
Un abrazo jóvenes, larga vida al rock'nroll!!!!
Gracias por la reflexion
Chesus H.
Muy bien narrado! Como suelo decir...lo poco gusta y lo mucho cansa :)
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