BAROUDE, UNA REVELACIÓN



BAROUDE, UNA REVELACIÓN
El Espolón Este o Central de Baroude



Un largo valle pirenaico. Avanzamos al atardecer bajo un cielo plomizo. Dejamos atrás el bosque, atravesamos las praderas flanqueados por un arrollo, y más allá nos desviamos del fondo del valle y empezamos a ganar altura por la ladera. Pero en realidad no vemos nada. Entramos en la niebla, y además cae la noche.


El ambiente es algo opresivo, tanto como el peso de la mochila, que porteamos por primera vez este verano. Las previsiones de la meteo eran óptimas; la verdad es que no esperábamos encontrarnos con esto. Avanzamos por un buen camino que no sabemos a dónde va, o más bien que nos lleva a donde nunca hemos estado antes. Nada de marcas de pintura ni carteles indicadores. Además, sabemos que no hay refugio para marcarnos la llegada. Ardió hace dos años. ¿Sabremos reconocer nuestro destino? No nos esperábamos esto.

El vivac
 

El verano se había iniciado con buenos augurios, pero luego las cosas se torcieron. No nos esperábamos esto, y no es hasta mediados de agosto que acometemos el primer porteo con una mochila “comme il faut”. A esto también hay que acostumbrarse.

  

En algún momento deberíamos llegar a un circo rocoso, una cresta semicircular encerrando morrenas fósiles y un lago, restos del antiguo glaciar. A veces nos parece distinguir muretes de vivac, que luego desechamos tras una mirada más cuidadosa con la frontal. Y de repente, unos peldaños de piedra y llegamos a una plataforma. ¿La solera del antiguo refugio? Rodeamos la estructura, una puerta se abre en un lateral, ¿un antiguo almacén? En cualquier caso, un refugio limpio y seco donde guarecernos de esta niebla que empieza a empaparnos. Es tarde. Cenamos rápidamente y al saco. Dejamos la puerta abierta, una puerta abierta a la esperanza.

El Espolón es el relieve más evidente a la izqda de la imagen

 Unas horas más tarde, a través de la puerta, tenuemente iluminada por las luces del amanecer, el circo de Baroude se nos ofrece en toda su belleza, como una Revelación. Tras la oscuridad, la luz. La magia del momento es tal que olvidamos totalmente desayuno y escalada. Durante una hora nos damos un baño de contemplación, sumergidos en la magia de la naturaleza. Tras esta inmersión ritual en las maravillas del mundo, como purificados, volvemos a la realidad, y recordamos para qué estamos aquí…

……………

Vista de la entrada a la vía

Para algunos de nosotros, el verano es tiempo de viajes. Viajes en el espacio, en busca de valles y montañas desconocidos, y también viajes en el tiempo, al encuentro de un cierto tipo de escaladas más de otras épocas. Durante bastantes años ya, “Las 100 mejores…” de Bellefon han satisfecho sobradamente nuestras expectativas, bien haciéndonos descubrir recónditos rincones del Piri, bien ofreciéndonos en entornos ya conocidos su lado más salvaje y aventurero. Esta vez también ha sido así. Hemos descubierto un circo hermoso y solitario, pese a su cercanía a lugares muy transitados como Troumouse o Piau Engaly, y hemos vivido en él una intensa jornada de alpinismo. Pues en este caso la escalada en sí no es lo más importante.

Entrando en materia
La rimaya

El Espolón Este o Central de Baroude al Petit Pic Blanc de Troumouse (2957 m) es una vía abierta en el 57 por Lysette y Jean Ravier. Sin excesivo desnivel (450 m) ni dificultad (IV/V), Bellefon la sitúa en el número 49 de su lista. Sin embargo, por su ambiente y carácter bien podría estar más cerca de la 60. La entrada a la vía es vertical y poco atrayente, “rebarbative” como dicen por allí. Una canal-diedro de V donde hay que tantear los bloques y ascender con cuidado. Es posible protegerse bien con fisus y friends a caldo, y menos mal, pues no hallaremos nada hasta dos buenos pitones de reunión tras 30 ó 40 m. El 2º largo también es delicado, pero más fácil y tumbado. Nos conduce a unas repisas, que en 2 largos largos (o ensamble) nos llevan en diagonal a la dcha por terreno fácil a la vistosa arista del espolón.

El primer largo
El espolón se recorre en tres largos muy estéticos. Un terreno de IV con alguna sección de V, no muy vertical, pero donde no hay que bajar la guardia pues la roca se presenta a veces escamosa y delicada, y el aseguramiento no es evidente. En los tramos más técnicos aparece algún pitón, y las reuniones están montadas.

5º largo, entrando en la estética arista
El espolón culmina en una placa de roca oscura, en cuya base se monta reunión de un único pitón. Hay que superar la placa, que no es difícil, 20 m de IV, pero en la que no se puede meter nada, hasta una vira donde aparece otro pitón. Travesía fácil a la izqda, con zancada impresionante sobre un patio elegante… Buen sitio para salto base, je je. Y un último largo más fácil y rotillo  nos lleva a la cima.
En la arista

En el filo de la arista
La placa oscura

La descripción del libro de “Las 100…” es correcta y la vía se sigue bien. Son unas 3 h y pico desde el coche hasta el vivac, 1 h de aproximación y unas 4 h y media de escalada que sin ser difícil exige siempre atención. En nuestra opinión, tanto la línea como el entorno son de gran belleza y esto justifica de sobra la visita, a pesar de la roca delicada. No subestimar la escalada por su escasa dificultad, pues sobre todo al inicio se desarrolla en un ambiente bastante severo.

It´s a long way home

En cuanto a material, llevamos 10 expreses y lo habitual: fisus, aliens, juego de friends hasta el 3 con algún medio repetido, y tres pitones que no usaremos. Aproximamos con botas de trecking, y llevábamos crampones para el nevero de entrada que al final no hubo que usar. Bordeando el lago debe ser posible ver si la entrada está libre de nieve o no. Cada uno escalaba con una pequeña mochila para portear botas, agua… y un bastón, ¡pues al acabar la vía nos quedará aun la mitad de la actividad!
Pic de la Gela


Desde la cima, nos separa del vivac todavía una hermosa, larga e instrucitiva marcha de unas tres horas a caballo de los circos de Troumouse y Baroude, con unas vistas impresionantes. Primero hacia el N, bordeando el Pic de Gerbats por la senda del col de la Sède, para luego rodear el Gerbats por el N en dirección a la arista del Pic de la Gela. Ascendemos a la cima de este pico y aquí nos liamos, y siguiendo la arista cómoda y evidente nos plantamos en la Hourquette de Héas, que comunica Troumouse con Piau Engaly. Desde este collado, hay buena senda a la Hourquette de Chermentas, que es la que da acceso a Baroude y al vivac. Ahora “solo” queda recoger y regresar con la mochila hasta el coche… Total, unas 13 horas de actividad, que nos depararon unas hermosas agujetas pero que nos supieron a gloria.




Lasarte anaiak




5 comentarios:

lorenzo dijo...

Qué buena
pinta tiene!!! Largo, descompuesto y algo, no mucho, expuesto, lo que nos gusta a nosotros. A ver si algún día consigo engañar a algún incauto para ir.
Como siempre, bonita piada.

Anónimo dijo...

Sois unos románticos, unos poetas y expresáis maravillosamente lo que sólo se puede comprender cuando se vive.

No hay que irse muy lejos para vivir la aventura, descubrir nuevos valles y rincones de nuestros supuestamente conocidos Pirineos y volver a recordar porque ya somos sin remedio pirineistas, montañeros o lo que demonios seamos.

El libro de Bellefon, publicado en los años 70, con propuestas muchas de las cuales hoy incumplen todos los requisitos para considerarse recomendables, olvidadas, denostadas por la calidad de su roca, por sus grados muchas veces de cuarto o quinto aunque sean en latín o porque simplemente requieren mucho esfuerzo, pero esfuerzo del de verdad, del incomprendido, del inútil, ese libro que ya sólo lo conocen los cuarentones para arriba y que sin embargo tanto valoramos unos cuantos por los lugares a los que nos ha llevado y los que nos quedan por conocer.

Bueno que me pongo empalagoso, enhorabuena Lasarte`s no sólo por la actividad y por la piada.

No se os ocurra hacer las 100 y no invitarnos a acompañaros en la última!

Saludos, Chavi

Patxi Lasarte dijo...

Saludos, Lorenzo y Chavi!
Fue una pena que al final no coincidiéramos en Vignemale, pero seguro que habrá más oportunidades, que aun queda alguna por hacer, a ver este invierno...
Un abrazo!

Oscar dijo...

Las fotos preciososass!!! Gracias por compartir esas aventuras... un abrazo!!

Olguita dijo...

Que pasada!! vaya fotones! me ha encanto ;)