Los Balcones del Anayet



Belen, Ignacio, Diego y Lorenzo
11 de octubre de 2014

La Meteo para el Pirineo, de lo más desaconsejable. Probabilidad de lluvias todo el fin de semana aunque para el sábado el mayor riesgo lo dan por la tarde. ¿Qué hacer? Pues salir a ver si no aciertan y asegurar con una actividad de poco riesgo. Hace días que Julio y Luis me hablaron de su nueva apertura en el Anayet, una vía en buena roca, asegurada con paraboles y que lleva a una bonita cumbre. El problema; que está superfrecuentada y hablan de que llegan a juntarse hasta siete cordadas (¡¡!!). Si dan malo, puede ser el día ideal, ¿Quién va a ir a escalar en el Anayet con este tiempo? La gente no está loca.
Pues para allá que nos vamos Belén, que no se atreve a decir que no, Diego, que como es joven todavía no tiene talento, Ignazio, que le pasa lo mismo (me refiero a lo del talento, no a lo de la juventud) y un servidor.
Aparcamos en Portalet y subimos por las pistas de esquí de Espelunciecha hasta el collado y después hacia la ferrata que lleva a los lagos de Anayet. La ferrata está delicada porque con la roca mojada resbala bastante. Esperemos que la pared no esté tan mojada.
El cielo está bastante cubierto, con abundantes nubes negras que vienen del sur. Y al norte, tras la frontera, una línea soleada. El mundo al revés, en Francia hace un día estupendo.
Cuando llegamos al pie de la vía señalizada por un plástico azul, comenzamos a subir las dos cordadas a la vez, el tiempo apremia y si nos hemos de mojar, mejor que sea después de terminar la escalada, La escalada no es difícil y la roca parece que está seca. Seguimos los paraboles hasta llegar en un par de largos a la base del diedro que los aperturistas llaman “tridiedro”. En el desplome bajo el que está la reunión gotea el agua y acabamos algo mojados. El “tridiedro” también chorrea y tenemos que guarrear algo para pasar porque la placa está chupida. Bien se vale que hemos traído unos Alien y podemos asegurar un pequeño aleje.
Afortunadamente el resto de la vía parece seca y sin más que reseñar que la estupenda vista que tenemos del Vértice Anayet, los lagos, el Midi, siempre entre nubes, unos bonitos largos y un par de chubascos que caen por Formigal y que nos asustan lo suficiente como para hacernos poner los chubasqueros, llegamos a la cima y emprendemos el descenso que el cielo cada vez está más amenazador. Al final se cumple aquello de que “Dios ayuda a los audaces” y llegamos secos al coche cuando empiezan a caer unas gotas.
Resumen; bonita escalada, aunque hubiera estado bien un poco más de dificultad, en un entorno espectacular, estupenda compañía y hasta excelente día nublado y otoñal.
Lorenzo

1 comentario:

Oscar dijo...

Gracias por compartir "Aire fresco por el Blog"...Saludos y recordar que os espero por la Zona Centro...