En busca del hielo perdido

Leyendo las piadas del Chavi y compañía que cada semana nos sorprenden con nuevas y envidiables hazañas, da un poco de corte contar las actividades mucho menos sorprendentes que el resto de los caracoles conseguimos realizar de vez en cuando. Con el único ánimo de rebajar un poco el nivel y que este blog no decaiga, me animo a contar lo que hicimos el pasado fin de semana.
Resulta que el sábado se celebraba en Bielsa la reunión anual que cada invierno realiza el GAME (Grupo de Alta Montaña Español). Se lo comenté a Ignacio y se animó a acompañarme y así hacer alguna cascadita de las de por allí.
Tras la reunión-cena en la que se entregaron los premios que la federación da a las actividades más importantes del año, y motivados por la presencia de tanto machaca junto (no estaban todos los que son pero lo eran todos los que estaban), madrugamos discretamente y partimos con la sana intención de escalar la Paciencia de Mónica en el Circo de La Larri, allá en Pineta. Cuando llegamos al Parador, mosqueo,tuvimos que dejar los esquís y hacer la aproximación andando porque a esa altura no había nieve. Mientras subíamos hacia el circo, más mosqueo porque solo estaban formadas las cascadas más altas. Y cuando finalmente, cargados con todo el material y casi una hora después, llegamos a ver la cascada, el mosqueo llegó a su punto álgido porque la cascada estaba, pero de agua.
No pasa nada, cambiamos de planes. Nos habían dicho que se podía escalar en Barrosa, pero al llegar al aparcamiento no cabíamos. Eso y la hora y media de aproximación hasta las cascadas nos decidieron por probar suerte en las socorridas cascadas de la Boca Norte y hacia allí nos dirigimos con los resquicios de motivación que todavía nos quedaban de la noche anterior.
Como era de prever, tampoco cabíamos en el parquin de la Boca Norte, pero Ignacio, muy habilidoso, consiguió meter el coche en un rincón y cargados con todo lo necesario partimos de nuevo decididos a encaramarnos al primer chupón que encontráramos.
Overbooking en La Dorada, circulación con retenciones, nivel amarillo, en la del Estrecho ... nos decidimos por la del Estrecho y nos encaramamos por la izquierda que está más pino pero sobre todo porque estábamos algo más protegidos del bombardeo a que nos estaban sometiendo las dos cordadas que nos precedían. Tres largos y bajamos a cambiar de cascada.
En la Dorada la cosa se había aclarado un poco pero el cacho bueno lo tenían "okupado" con un top rop un par de cordadas empeñadas en derribar la cascada a pioletazos. Nos encaramamos por el centro y subimos pasando un poco de miedo por un hielo reblandecido por el calor, hueco y con agua corriente por el interior, en fin, un lugar nada recomendable.
Finalizamos la jornada en el Resalte del Fondo, en un muro vertical de buen hielo, lástima que solo eran diez o doce metros, por fin solos, disfrutando de varias subidas mientras nos petaban los brazos.
Agotado después de más de seis horas de rehabilitación (lo prometo, la fisio me dijo que lo mejor para mi hombro era el hielo) convencí a Ignacio de que ya valía de subir y que teníamos que regresar a casa.
Mientras escribo esto intento estirar a ver si consigo quitarme los dolores de mis gemelos y de mi hombro que no me explico por qué me duelen después de pasar el domingo sin hacer nada.


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