Ya había hecho esta vía en dos ocasiones y la recordaba bastante accesible (en realidad quiero decir "trampeable") así que como iba con Carlos (el de Lugo) que era su primera escalada desde que hace dos meses se rompió en peroné y todavía tiene que recuperar la forma, y yo que sigo con mi hombro que no me deja entrenar y me ha tenido todo el verano en el paro, elegimos esta vía que pensábamos estaba a la altura de nuestro lamentable estado.
Echamos un café en Vilanova a ver si despejaba un poco la densa niebla que todavía hacía más frío el ambiente. Pero, confiando en tantas otras ocasiones en las que la niebla se quedó abajo y disfrutamos de un cálido sol, nos dirigimos a la base de la pared en busca de la vía. Venían con nosotros Jorge Ascaso, Belén Palús y Agus Abarca que comenzaron a escalar delante de nosotros y que enseguida los perdimos en la niebla. Nosotros, poco a poco fuimos escalando. La vía se ha reequipado ¡y limpiado! y las chapas recuperables que llevábamos no nos iban a servir porque los viejos buriles que facilitaban algunos pasos han desaparecido y solo de vez en cuando hay algún parabol nuevo. Las reuniones siguen con espits y paraboles y algunos viejos clavos siguen en su lugar pero hay que escalar y hay que llevar un juegos de friends medianos y de aliens para poder encontrar el tamaño adecuado para los no tan abundantes agujeros.
Disfrutamos todo el día de una densa y fria niebla que sólo en algún instante el sol consiguió romper.
Será porque ni nuestros brazos ni nuestra mente estaba en forma, el caso es que fuimos muy lentos y algunos pasos, como la entrada a la R2 con el último seguro a tres o cuatro metros, nos parecieron algo expuestos. Resumiendo, que en el último largo hubo que sacar la linterna para llegar a la feixa (¿nos darán el título de caracoles del año? parace que hay por allí algún anónimo que, no sé si con alevosía pero seguro que con nocturnidad, nos hace la competencia).
En vez de seguir la feixa hasta el final, escalamos el último muro por un fácil largo de IV (siguiendo la feixa a la derecha hasta un característico árbol seco adosado a la pared, hay una reunión montada) y después lo divertido fue encontrar el resbaladizo sendero que baja hasta la carretera. Para otra ocasión es preferible bajar por el oeste, y regresar por el camino de la base de la pared.
Jorge tuvo la amabilidad de subir a nuestro encuentro y traernos una linterna (solo llevábamos una para los dos) y así todo fue más fácil.
Bueno, una experiencia más, sobre todo para Carlos que fue su primera "nocturna".
Adjunto reseña actualizada que pillado en internet.
Lorenzo
2 comentarios:
Nosotros también estuvimos en Vilanova pero visto que la niebla no tenía mucha pinta de levantar lo suficiente y que yo, como vosotros, soy una poco calacolera (en eso de sacar los cuernos al sol) acabamos cambiando Roca dels Arcs por las paredes de Àger. Y acertamos porque hacía un día precioso de sol con un mar de nubes espectacules.
Un saludo
Excelente, excelente... un auténtico caracol hace fotos malas o simplemente no hace, acaba de no che y sin frontal.
Veo que vuestra transformación a caracol es total.
Un abrazo del caracol anónimo
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