La cara Oeste del Mallo Cored es una pared de unos cien o
ciento veinte metros que está surcada
por varias vías, la mayoría muy poco o nada repetidas aunque allí está una de
las más clásicas escaladas de Riglos, la Oeste del Cored.
Esta pared, relativamente corta, es ideal para una escalada
mañanera en verano puesto que disfruta de la sombra hasta el mediodía. O para
una escalada rápida en las tardes invernales disfrutando del sol.
Recientemente se han reequipado (en los tres casos por los
aperturistas) algunas de estas vías quedando una trilogía (tetralogía si
añadimos la Clásica Oeste) muy interesante que hemos podido escalar
últimamente.
últimamente.
Las características comunes entre las tres vías de esta
trilogía son, en primer lugar un generoso equipamiento (no exageradamente
generoso), roca mediocre aunque bastante saneada, verticalidad y dificultad
moderada, siempre en torno al V, V+ obligado. Todas pueden escalarse con una
quincena de cintas, mejor alguna larga, y cuerdas de 60 metros para poder
empalmar. Para la Torrijos, mejor llevar un estribo para el techo.
La primera vía es la Lisbona,
abierta y reequipada por Jesús Ascaso y Pedro Espósito. Es la situada más en el
centro de la pared. Los tres primeros largos son algo sinuosos aunque cuando la
escalamos nosotros, Ignacio los empalmó sin demasiados problemas. El resto de
la vía sube ya directamente por una canal-fisura hasta el muro final, algo más
fácil pero que también sale directo hasta la cima.
Lisbona |
A la derecha de la Lisbona, un techo muy característico, en
forma de ceja, marca el comienzo de la Torrijos.
Abierta por los hermanos Torrijo en los años 70 en el más puro estilo riglero
de la época, y que apenas se repetía pero que con el actual equipamiento seguro
que se convierte en una clásica. Aunque en la nueva guía de Riglos Vertical marca
un comienzo de IV, nada más lejos de la realidad. Puede que sea posible
escalarlo en libre, pero IV no es. Nosotros, después de un meritorio intento de
Ignacio por liberar, arrancamos acerando sin piedad para encaramarnos seguidamente
al techo, totalmente equipado con paraboles y con buriles antiguos, muy roñosos
pero que se agradecen para poder alcanzar al siguiente parabol. En la reseña de
la guía sigue un largo de V que empalmamos con el primero y que a nuestro corto
entender algo más de V ya será. Escalamos
la vía en cuatro largos de unos treinta metros escasos. A excepción del
primer largo, el resto prácticamente se escala en libre, sólo con algún Ao pero
más por desconfianza en la roca que por la dificultad.
Primer largo de la Torrijos |
Techo de la Torrijos |
En viejo material convive con el nuevo en la Torrijos |
En la vía del Bolo (fotos de Suli) |
El descenso del Cored puede hacerse por la cara Este-Nordeste, en un par de rápeles de treinta metros, o por cualquiera de las vías descritas ya que todas están equipadas para descender.
Nada más, a disfrutar de la sombrita en verano o del
solecito en invierno en la Oeste del Cored.
1 comentario:
Buena trilogía!!! a ver si con la piada se anima la gente y nos la deja un poco más alicatadica de bolos, consiguiendo dar un poco más de importancia a los mallos txikis . Un saludo y nos vemos en la tapia, muaaaa
Publicar un comentario