Midi d´Ossau, Espolon N del Grand Pic




Días de noviembre, días lluviosos… Demasiado fríos y húmedos para escalar, al menos en el País Vasco. A los que no somos muy esquiadores, solo nos queda afilar los piolos o repasar las fotos de este verano.

DIAS A LA SOMBRA… DEL MIDI

La sombra del Midi es alargada. Abarca decenas de buenas vías, incontables vivencias compartidas a su vera con buenos amigos. En este día su sombra se proyecta hacia el oeste al iniciar la jornada, y al terminar la escalada, desde la cima la veremos estirarse hacia el oriente. Días a la sombra.

El espolón visto desde la base
La travesía del 7º largo


 


Han pasado muchos años, demasiados, desde que en un par de jornadas de invierno nos asomáramos a ver que pinta tenía el Espolon Norte del Grand Pic. Con un vivac tuvimos más que suficiente, y nos retiramos por el escape original de la cara Norte. Yo ya daba la tarea por amortizada, pero Juan, más cabezota e insistente, sacaba el tema una y otra vez. Sus argumentos era sobre todo dos: Por un lado, que no en vano sería la 80 de las “100 mejores”. Y el otro, y quizás más importante, era el Diedro Ollivier, alto en mitad del bastión cimero, uno de esos largos que marcó época en la escalada pirenaica. 
Diedro del 8º largo
Los escaladores de cierta edad es dudoso que sigamos ascendiendo en la escala de dificultad, bastante tenemos con no caer en picado… Así que tendemos a desarrollar cierto fetichismo, cierta fijación de coleccionista hacia algunos escenarios y personajes. El dar más importancia a los nombres que a los grados, el perseguir vías de Galvez, Thomas, Ravier, Rabada, Ballart y tantos otros, es una manera de consolarse por no poder hacer vías más duras… Aparte que la calidad de esta gente hace que en ningún caso sus vías sean regaladas. Y el diedro que Robert Ollivier abrió en 1938 responde a estas características. 

Entrando en frío a la pared
Total, que este otoño, aprovechando la visita de Carlos el escocés volvimos a visitar el espolón Norte, mientras Gerva y Pablo se reservaban para ellos la Cara Norte por la Fourche. Y no me queda más remedio que admitir que (una vez más) Juan tenía razón.

En las viras intermedias

La 2ª parte se ve impresionante




Se trata de una vía larga, tal vez la más larga del Midi d´Ossau. 850 m de recorrido y 700 de escalada dan para mucho y muy variado. La primera parte exige dotes de navegación, recorriendo un terreno de dificultad media y roca sólida y compacta, escasamente equipada aunque se protege bastante bien. La travesía del 7º largo (en la guía de Luichi), recorriendo bajo unos techos unas compactas placas protegidas por los clavos justos es soberbia (Vsup), así como el diedro que le sigue, que aparece al doblar la esquina del espolón. El final de la primera parte es un poco más confuso, y luego viene una larga vira-pedrera con algún resalte a asegurar hasta llegar a la base del farallón final, que se ve impresionante.
Iniciando el segundo tramo
























En efecto, la escalada aquí gana verticalidad y severidad. Los dos primeros largos son exigentes con roca a tramos delicada, en mi opinión más 6ª que Vsup, aunque a cambio aparecen más pitones. La recompensa a nuestros escalofríos llegará en el 4º largo, el antaño famoso diedro Ollivier. Un largo de antología con dos clavos al inicio y luego unos estratégicamente emplazados bloques empotrados a lacear en la fisura central del diedro. ¿Los empotraría Ollivier, o estarían ya allí? El caso es que su escalada es preciosa y atlética, y de nuevo más que Vsup, diría yo.  

Carlos en el diedro Ollivier
Saliendo del diedro













Una hermosa vía de montaña a realizar preferentemente cuando los días son aun largos, pues la aproximación es larga y complejilla, aunque perfectamente explicada en la guía de Luichi. Nosotros llevamos 10 ó 12 expres y un buen surtido de fisus, micros, friends y tres clavos en prevención, que no usamos. El sol apenas toca el espolón y pasamos bastante rasca. Escalamos bastantes largos con el plumas, y los guantes se agradecían en las primeras reuniones.

 En total fueron 10 h escalando, 10 h a la sombra. Se puede ir más rápido, pero el caso es que éramos tres, que somos mayores, y además queríamos lanzar un desafío a los Kilian y Uelis del mundo. ¿Por qué conformarte con hacer la vía en 4 h si puedes estar 10 disfrutando de la escalada? Eso sí, pasar mucho más tiempo no es recomendable a no ser que se quiera destrepar las chimeneas de la normal a oscuras, je je! 

Un hermoso día a la sombra que nos dejará un recuerdo especial, pues fue la última vía que escalamos los tres juntos. Un desgraciado accidente en las montañas escocesas que tanto amaba se llevó a Carlos para siempre… ¡Ya te estamos echando de menos, amigo!

Hasta siempre, Carlos!!!


Lasarte Anaiak

3 comentarios:

lorenzo dijo...

Qué buena vía y qué buen relato, como siempre. Un placer tener noticias vuestras de vez en cuando.
Hace tantos años que la escalé que es una de las vías que me encantaría repetir.
A ver no se me pasa la fecha de caducidad.

Chavi dijo...

Luisfer me pongo al pie de los caballos para seguir recibiendo pero no negarás que las piadas de los Lasarte son piadas de alta calidad.

El que no estuviera a las tantas tomando copas después de la caracolada no entenderá este comentario.

Que recios sois los Lasarte entrar en Noviembre en ese frigorífico.

Patxi Lasarte dijo...

Huy, no!!! En realidad hicimos la vía en septiembre, lo que pasa es que piando somos tan lentos como escalando!