Anzas, Chavi, Candi y yo mismo, quedamos como habitualmente hacemos, en el parkin del Erosky de Huesca, y con temperaturas registradas por el coche de hasta -12ºC, llegamos al Escalar del Balneario de Panticosa torciendo el pescuezo por las ventanillas (por supuesto, cerradas) estudiando el estado y el interés de cada chorrera que iba apareciendo. Cuando llegamos al Balneario, el poco hielo de las cascadas de los alrededores y lo lejos que estaba la cascada del Tubo nos convencieron para volver a bajar en busca de alguna de esas chorreras.
En la primera que pinchamos nuestras herramientas resultó ser una cascada de unos 90 metros, con buen hielo, no muy abundante pero con algún tramillo interesante y con una salida cortita, 4 ó 5 metros, vertical y que yo cogí por una torrentera por donde corría el agua y finalmente tuve que ser rescatado por el Chavi cuando el poco hielo de salida se rompió y los piolets clavados en el musgo no eran muy de fiar. Navegando por San Internet he deducido que la cascada podría ser una que llaman Gabarda.
90 ó 100 metros de buen hielo, máximo de 70º aunque se puede comenzar por una pequeña
columna vertical de unos 4 ó 5 metros. Candi y yo pasamos por lo evidente, como debe ser, pero el Anzas, con ese ímpetu juvenil que le caracteriza, se encaramó sin pensárselo por lo más tieso superando el paso con soltura y elegancia (... estos críos...!!)
La cascada podría ser una llamada Ras y Sadam, de unos 60 metros que alargamos un poco escalando una placa de hielo adosada al rompealudes de la base. Resultó ser lo más bonito del día, me refiero al paso del rompealudes y a la cascada entera. Aunque corría el agua y el hielo estaba bastante escaso, era de calidad y disfrutamos de este capricho de Candi (porque fue él el que se empeñó en escalarla, aunque tengo que reconocer que nos convenció a la primera)
Contentos y cansados nos fuimos a echar un bocata a Senegüé y a hacer planes para escaparnos a esa dichosa Sarra.
Lorenzo
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