Después de una subida desde el parking, como siempre, con el turbo puesto, llegamos a pie de vía y nos encontramos con dos cordadas de franceses empezando. Toca tomárselo con calma, así que platanito y a plantar un pino.
Metidos en harina, enseguida llegamos al segundo largo, el mejor. Después de un comienzo en bavaresa de las que te acaban de despertar (joder con los 6a del Midi) y de una chimenea (joder con las chimeneas de 4+), llego al diedro final, una maravilla, pero... me viene a la cabeza la conversación de la noche anterior, mi compañero: "en la reseña pone que hay que llevar 2 o 3 piezas de friends del 4 para el segundo largo", el mendas "bueeeeno, ya pasaremos con una, que pesan mucho". Pues eso, solo me queda practicar el friend reptador con el único que llevo y pasar más miedo del debido, por bocazas. En mi descarga hay que decir que habíamos cenado con abundante vino del Somontano.
Después del jardín intermedio, viene un tramo en el que o te orientas bien o llevas una reseña de Luichy (nuestro caso). Hasta los largos fáciles, cuarto y quinto, me parecieron bonitos. El sexto muy bueno y hasta hay un tramo con clavos, aunque los empotradores son más de fiar. En el séptimo no descansamos sino que nos liamos. Por indicación mía enderezamos la vía y nos saltamos la R7. Interesante si te gusta el apasionante mundo de los líquenes en terreno vertical, en caso contrario, mejor no hacer el tonto y seguir la ruta como debe ser.
En resumen, vía disfrutona y recomendable de fisuras, en la que conviene hacer caso a la reseña y llevar friends repetidos, para no andar con miserias. Para la bajada, hay un croquis de Luichy que la describe al detalle. Cuidado si baja gente detrás.
Foto movida de los franceses que llevábamos delante, terminando el diedro del segundo largo.
Iman acabando la misma tirada. Obsérvese la anchura de la fisura, que se mantiene en todo el diedro.
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