Una "batallita" de hace 29 años

Ya han pasado casi 30 años desde que Pepe Garcés, Gregorio Martínez Villén "Goyo" y yo nos subimos a la furgoneta de Pepe y emprendimos camino a Chamonix con ganas de "comernos el mundo". Una de las escaladas que teniamos en mente era el Espolón Walker a las Grandes Jorasses, pero el estado de la vía nos hizo cambiar de planes. El nuevo objetivo estaba al lado del inicial: el Linceul. Yo creo que ni sabía de la existencia de esta pared antes de salir de Zaragoza, pero la aventura que vivimos es de la que no se olvida nunca. Todavía me viene a la memoria con frecuencia el recuerdo de los tres en aquel "tobogán" helado de casi 1000 metros de altura, sujetos al duro hielo como podiamos, del vivac en una pequeña repisa de poco más de un palmo de ancha que tuvimos que tallar con las últimas luces del día, de los largos en terreno mixto hasta llegar a las Arista de las Hirondelles, de la interminable bajada por la vertiente italiana, etc.

El otro día encontré en la web de los "Escaladores Veteranos de Aragón" http://www.evaragon.com/ un relato muy bueno que hizo Goyo de la ascensión, y me apetece compartirlo. Este es el enlace A mi todavía me impresiona el recordarlo.

Un abrazo,

Jesús

4 comentarios:

Aparcament llarga estada dijo...

Interesante! Saludos

Inazio dijo...

Baya tela, y yo como muchos, ignorantes de que nuestro querido Jesús formara parte de mítica cordada que escaló el Linceul en aquellos años, y que historia, algo conocíamos de boca de nuestro querido Pepe pero contada asi...... “joer” o no se hacen cosas así o no se saben contar. Un abrazo y felicidades de seguir entre nosostros

Antonio Anzas dijo...

Estupendo relato y magnifica ruta
Todavía sobrecoge al leerlo a pesar de los años. Imagino la liberación y alegría que sentisteis al salir al sol, despues de ese frio e incomodo vivac.
Abrazos

Juan Luis dijo...

Jesús,cuando estuve viendo ,y de lejos , ese sudario , su aproximación por un dédalo de grietas, aquél itinerario vertical , tuve que concentrarme en volver a respirar sin que la congoja pusiera las trabas que deseaba.
Hoy y después de leer aquel pasaje de vuestra historia , sólo puedo decir que una gesta como aquellas sólo son capaces de realizarlas HOMBRES de una entereza y firmeza fuera de lo común, y que en tu caso van enfunzadadas en un cuerpo aparentemente, sólo aparentemente , frágil .

Un fortísimo abrazo de alguien que te admira y mucho.

Juan Luis