Después de 3 días de calentamiento ayer tocó la primera empresa de rigor.
Es una de las grandes recomendadas del lugar y no es para menos. Su belleza es infinita y el ambiente como pocos. Los 180 metros de caída vertical desde el último largo quitan el hipo.
Técnicamente quizás no sea exageradamente dura, pero la precariedad de los seguros y su verticalidad exigen un gran compromiso.
Yo disfruté mucho del lugar porque quien se comió todo el marrón fue Cecilia.

A partir de aquí le tocó trabajar a la pro. Dos largos que decidimos hacer en 3 de dificultad homogénea y que se resumen en 3 palabras, continuidad, compromiso y ambiente.
El último largo es quizás el más comprometido por su verticalidad y los huecos en el hielo. Bien para ganchear y mal para asegurar. Mucho, mucho y mucho "coco" el de Cecilia.
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