VACACIONES ALPINAS 1 Aig. Du Moine, via Contamine a la cara E



 

VACACIONES ALPINAS 1


Aig. Du Moine, via Contamine a la cara E

2º largo, Contamine a la Aig du Moine, 6a+
Couvercle, refugio viejo

Hay que joderse. Varios años manteniendo la sana costumbre de los viajes de escalada veraniegos a los Alpes, hasta que en un momento dado, no recuerdo por qué razón, dejamos de hacerlo. “No pasa nada, otro año será”, pensé. Y de repente, no es que pasen los años, es que pasan las décadas…


Bajando a la Mer de Glace
Y subiendo a la senda de los balcones

Pero no hay mal que cien años dure. Una mañana de mediados de julio estoy de nuevo en Chamonix, en compañía de Txingu y Axi. Las previsiones son buenas, si acaso demasiado calor. La isoterma anda muy alta, las condiciones de las vías glaciares se degradan con rapidez. Pero de momento no nos preocupa. Cargados con material y comida para tres días, partimos hacia el refugio de Couvercle con la idea de escalar una bonita clásica y de paso irnos aclimatando a la altura. 

En la Mer de Glace

Parece que nada ha cambiado. El sol ilumina las mismas cimas y paredes, y los glaciares centellean como piedras preciosas. Pero una vez en Montenvers, la visión de la Mer de Glace serpenteando entre morrenas y barrancos de derrubios a un nivel mucho más bajo del que recordaba, es un síntoma que no puede pasarse por alto. El calentamiento global ya está transformando y trastornando nuestro terreno de juego. Habrá que empezar a manifestarse con los chavales en los “Fridays for future”.

Ref de Couvercle y cuenca de Talèfre

Para empezar, el descenso por las vertiginosas y empinadas escaleras se me hace interminable. Hay que bajar hasta el glaciar (perdiendo unos 200 m) y luego remontar sobre su superficie descarnada y sucia de grava, hasta localizar el acceso hacia el sendero de los “Balcones de la Mer de Glace”, en la orilla opuesta. Tras ciertas dudas, al fin localizamos un cuadrado amarillo en la pared que cierra la cuenca glaciar, muy compacta y vertical. Sigue una segunda serie de escaleras, lo bastante impresionantes como para hacernos subir encordados. En total, unos 300 m de fuerte desnivel, para seguir luego por el sendero de “los balcones”, de hermosas vistas, hasta el refugio de Couvercle (2667 m). En total serán unas 4 h desde Montenvers, o 7 si salimos desde el valle, como hicimos nosotros, aunque la verdad, no sé si recomendarlo, je je.

La terraza de Couvercle


Una mañana en los Alpes. Nieves centelleantes. Poderosos relieves de roca, de hielo, de escombros. Y la mirada maravillada que se deleita en la contemplación de toda esta desmesura e intenta aprehenderla para poder evocarla en el futuro, cuando la árida rutina nos deje sedientos de belleza.
Pero no hay tiempo para ponerse melancólico. Hay que ponerse en marcha. Pasamos junto al antiguo refugio, pequeña construcción forrada de chapa y acurrucada bajo una ciclópea losa inclinada en desplome, la “tapa o tapadera” (couvercle) que da nombre al refugio. Y enseguida entramos en el glaciar.

En la aproximación
Via Contamine, primer largo, 6a

Vista desde Montenvers o desde Envers, al otro lado de la Mer de Glace, una inmensa pirámide de granito impone su contundente presencia junto al refugio de Couvercle. Es la Aig. du Moine (3412 m). A cosa de una hora del refugio, en 1954, A Contamine y P Labrunie abrieron en la mitad de su cara E una vía que por la calidad de su roca y su belleza rápidamente se convertiría en clásica. Y hacia allí nos dirigimos, hacia la nº 50 de entre las “100 Mejores” del macizo del Mont Blanc, según Rebuffat, una vía MD de 400 m y 13 largos.

2º largo, visto desde la reu
En el segundo largo
Precedidos por un par de guías en busca de cristales, nos sentimos un poco ridículos con nuestros botones de alpinismo. Ni siquiera ha helado, con las botas de trekking sería más que suficiente. Sin mayores problemas, visualizamos la vía. Esta zona quedaba fuera de las usuales guías de escalada en roca de Michel Piola, pero este mismo año Damilano ha editado una guía muy precisa y detallada. Sus croquis nos serán muy útiles tanto en la escalada como en el descenso. 

Fin del primer largo
7º largo V sup
9º largo, V

La rimaya de la vía a veces es delicada, pero esta primavera ha nevado generosamente, y no tenemos ningún problema. A las 10:00 nos encordamos. El sol ya calienta la pared, y mejor así, pues los dos primeros largos son los más duros. La entrada se ve vertical y fina, 8 o 10 m de 6ª protegidos por cuatro pitones, que exigen un primer apretón. Tras el diedro del primer largo, una fisura que se eleva en vertical nos marca el camino. Hay algún pitón, y finalmente es más cómoda de lo que parece… hasta que se llega a su final. Protegido por un clavo, con el pie en una buena repisa, empotro un fisurero y me lanzo a salir de la fisura. Pero a falta de una presa tengo que volver atrás atropelladamente. Al segundo intento el paso sale, tal vez sea 6ª+.

9º largo

Tras estos 60 m, la pared pierde inclinación y dificultad. Ascendemos largo tras largo por un terreno muy clásico y estético de V con algún V sup, siguiendo los clavos que aparecen aquí y allá y que completamos con nuestros cacharrillos. La roca es superbuena, y me llama la atención la de veces que podemos usar picos de roca para protegernos. En una escalada siempre interesante y casi nunca estresante, ganamos altura mientras las nubes y el movimiento del sol hacen que pasemos a la sombra y agradezcamos un forrillo. Y por fin cima. 

10º largo
Son las 16:00, hemos necesitado 6 h para escalar trece largos. De nuevo al sol, picamos algo y disfrutamos del ambiente.  Pero todavía hay que ocuparse de la bajada por la vía normal de la cara S, alternando destrepes y algún rappel, bastante tortuosa en realidad, pero que iremos encontrando bastante bien, de nuevo gracias a la guía de Damilano. 

Se intuye el final.
En la cima de la Aig. du Moine

Serán tres horas de bajada y en total 11 horas de actividad para 800 m de desnivel, de los cuales 400 de escalada. Por segundo día, terminados agotados, pero felices. ¡Qué maravilla es ver desde la reunión la silueta de los compañeros recortándose sobre el glaciar nevado allá abajo! Es curioso, hemos estado solos en la pared. Se ve que las multitudes están por Envers, o la Aig. du Midi. Hemos utilizado 15 cintas expres, fisus, aliens y un juego de Camelots hasta el 3 repitiendo los medios. Y muchas cintas para picos, de todos los tamaños. Llevamos dos mochilas y el primero escala sin lastre.

Destrepando por la cara S
Volviendo por el glaciar.

Tras dos jornadas bien aprovechadas decidimos bajar al valle a repostar y a planear la siguiente jugada. Los guardas nos recomiendan descender por los “Egralets” en lugar de volver hacia la Charpoua como a la subida. Aunque vertical y vertiginosa, es una bajada más rápida y bien marcada, dicen. Así que tras desayunar y recoger sin prisas, nos ponemos en marcha por la bien marcada senda… hasta que desaparece. 

Ref Couvercle
Las Grandes Jorasses

Finalmente, perdido el camino, atravesamos el glaciar de Talèfre y seguimos por la senda de los “balcones de la Mer de Glace” bajo afiladas agujas de granito en las que últimamente se están abriendo muchas vías, con unas panorámicas impresionantes. Una paradita en el Ref Leschaux (2450 m) hojeando piadas y mirando las paredes. El espolón Walker a las Grandes Jorasses, se está escalando prácticamente a diario, así como la Contamine a las Petites Jorasses. Pero a nosotros nos toca bajar al valle y descansar.


Lasarte anaiak

El espolón Walker



























2 comentarios:

lorenzo dijo...

Reconfortante piada y
reconfortante comprobar que todavía existen alpinistas. Gracias pos compartir y un abrazo bien grande.

Anton dijo...

Qué pedazo escalada,
.. y además, disfrutando de la tranquilidad. Habrá que echarle un vistazo a esa guía de DAmilano.
Enhorabuena,
Anton