VIVIR DEL CUENTO Couloir Pombie Souzon

Hace días que teníamos esta sección de "Vivir del Cuento" algo más que abandonada y hace un par de días, con motivo de la publicación en la revista de Barrabés de un artículo sobre clásicas invernales en el Pirineo, mi amigo Angel Sonseca me envió este relato en el que están involucrados dos insignes caracoles, Jesús y Anzas. Espero que os guste esta vieja historia de aventuras pirenaicas.


CORREDOR POMBIE SUZON AL MIDI D’OSSAU
(1ª ascensión invernal española el 27/12/1983)
Angel Sonseca, Lalo Prado, Antonio Antoñanzas, Goyo Martinez.

Escrito por Gregorio Martínez Villén  el 39.09.2011
No hay muchas montañas tan aisladas de su entorno como el Midi d’Ossau.
Entre sus numerosas rutas, el corredor Pombie Suzon surca la vertiente Este,
como un pasillo descolgado bajo la Punta Aragón y la Jean Santé, a 2535 metros de altitud.
Oculto al observador que mira desde el refugio, no pasa desapercibido cuando se contempla desde los prados que remontan hasta el collado de los Sarrios. La primera
ascensión fue conseguida en solitario por H. Butel el 21 de Marzo de 1966.
Hace 28 años, su escalada se hallaba entre las más duras del Pirineo, y en invierno no había sido realizada por spañoles. Esto la convertía en un buen objetivo, largamente pretendido por Angel Martín Sonseca. Excelente escalador en hielo, hombre tenaz y gran conocedor de este tipo de rutas, Angel no tardó en persuadirnos para formar un
cuarteto con Antonio Antoñanzas, Gonzalo Prado y yo mismo. Cuatro jóvenes entusiasmados por la montaña
En un tiempo todavía cargado del romanticismo alpino. El recuerdo de aquella vía persiste hoy en diapositivas algo decoloradas y conversaciones algún que otro viernes en “el Bacalao”, mentidero de maduros agarrados a un pasado que evocamos entre cervezas y risas
Con un desnivel de 450 metros y un recorrido aproximado de 700, el Pombie Suzon presenta una dificultad MD según las guías de F. Mousel o de C.Ravier, con una estimación de 4 a 6 horas de escalada. Las referencias, no obstante, pueden variar con la
innivación, los metros empleados en cada tirada y el brío de la cordada. ¿Y la entalidad? Lo que entonces era una ascensión comprometida, sabemos que hoy se afronta en una mañana con tiempo favorable. Las salidas de los estratos de roca suelen ser expuestas.


Resaca navideña.
El 26 de Diciembre de 1983, arrastrábamos los excesos de la Noche Buena por la arretera que conduce al Portalet, repleta de nieve desde el mismo Formigal. Esto obligó a una larga aproximación con esquís, resoplando al calor de una jornada bastante templada a pesar de hallarnos en pleno invierno. La soba fue mayúscula camino del refugio de Pombie, que alcanzamos al caer la tarde, rodeados por un paisaje ya frió e
inerte, de suaves líneas onduladas.
Cenamos antes de tumbarnos en las literas y nos levantarnos perezosos en un abrir y cerrar de ojos.
La ascensión.
El 27 de Diciembre nos trajo un día limpio. La entrada al corredor se adivinaba huidiza al otro lado del espolón Este de la Jean Santé.
Acercándonos a la base, el sol daba de lleno en la montaña.
Contraviniendo las recomendaciones preventivas de la escalada en hielo, atacamos sobre las 9 horas. Lalo abrió el desfile en las rocas que preceden a la característica vira oblicua. En algo más de dos largos en travesía ascendente, llegamos al extremo derecho de este pasaje característico. Flanqueamos un pilar y desembocamos en el cono de deyección de la vía. Aquí, se yergue sobre el escalador un canalón encajonado y sombrío, causando una sensación de gran ruta que no defraudaría en momento alguno.
Superamos ensemble una pendiente de 45º en un centenar de metros. El silencio del lugar se rompía con la voz resonando entre las paredes. Algunas piedras desprendidas por el deshielo rebotaban por las escolleras, y chovas
piquigüaldas merodeaban con graznidos huecos por el eco de las murallas.
Instalamos la reunión al pie de una banda rocosa, sobrepasada una cueva a la derecha. Luego vino una sucesión de 11 largos, generalmente con buenos puntos de seguro en las paredes de los lados.
Abandonada la vira ascendente, se entra en corredor propiamente dicho. La pendiente es moderada y se puede progresar rápidamente.
Llegando a la primera franja rocosa, donde instalamos la reunión. El panorama cambia
radicalmente.
La inclinación media de 50 a 55º, implicaba tramos que sobrepasaban los 60º. El  recorrido se veía a menudo interrumpido por tramos en forma de angosturas, grandes piedras empotradas y muros. La nieve se mostró muy variable.
Saliendo de uno de los estrechamientos. La roca de los laterales permitía colocar buenos seguros.
En el punto más difícil de la escalada (IVº+, Vº y Vº+), Ángel nos recordó que allí sufrió una caída Jesús Sánchez cuando ambos intentaban la vía un año antes, fracturándose la pierna.
Abandonando gran cantidad de material, lo descolgó hasta el suelo a duras penas, donde un grupo de la Gendarmería francesa evacuó al herido hasta el hospital.
En efecto, se trataba de un segmento delicado que exigía empotrar la mitad del cuerpo en una fisura amplia, con paredes lisas y heladas. Era el típico pasaje en el que esperas a cada momento un agarre consistente que permita alzarte con garantía, pero no aparece… Los crampones raspaban sin éxito, sintiendo que la gravedad te llevaba
hacia fuera. Dejamos atrás este tramo y proseguimos con una tónica similar a la
de la parte inferior.
Solventando el punto clave de la escalada  en la parte final, la pendiente resultó relajada, conduciéndonos al pequeño collado a caballo entre las Puntas Jean Santé y Aragón, que alcanzamos sobre las 5 de la tarde. Pronto empezaría a oscurecer y decidimos plantar el vivac unos metros por debajo del perfil de la escotadura. Para evitar cualquier deslizamiento inesperado, allanamos una plataforma y levantamos un parapeto con bloques de nieve al frente.
La tarde se esfumó entre sombras, y la noche nos acogió en este mirador privilegiado, al abrigo de los sacos de plumón. A la mañana siguiente emprendimos el descenso por el
corredor Pombie-Peyeret y tocamos chufa en el refugio.

Comentario de Angel M.Sonseca.
El lunes 26 de diciembre de 1983 hicimos la aproximación con esquis desde Formigal hasta el refugio de Pombie
El martes 27 escalamos el corredor y vivaqueamos en el collado entre la Punta Aragon y la Punta Jean Sante
El miércoles 28 rapelamos el Pombie Peygeret y después esquiando desde el refugio hasta Formigal.

Anteriormente en el puente de Reyes de ese mismo (4 al 6 de 1983) lo intente con Jesus Sanchez, pero cuando éste estaba dándose la salida del tramo mas vertical y expuesto de la zona central del recorrido, tuvo una caída de 20 mts. arrancando los seguros y cayendo otros tantos mts.por debajo de mi. Resultado de todo esto: pues aparte de pasar rozándome con los piolets y los crampones rompiéndome algo la ropa, que la reunión que había montado con 3 fisureros de cuerda aguantara (entonces no teníamos  friends,) tibia de pierna derecha rota , 2 de la tarde y a muchos metros del suelo. Le asegure y baje hasta él. Entablille la pierna con sus piolets y anocheciendo prepare una repisa para pasar un vivac sin saco pues nuestra inteción era no llevarlo y bajar de noche rapelando (experiencia que me sirvió para no jugármela otra vez cuando fui meses después, aparte que mis 3 compañeros de entonces se dejaron engañar para escalar pero no para pasar frio). No habia visibilidad y amanece el dia de Reyes nevando. Tampoco habia móviles evidentemente.  A base de descolgarlo sobre su cadera izquierda, al acabarse la cuerda él ponía uno/dos seguros al que se anclaba y yo rapelaba de lo minimo posible para dejarme material de reserva. El zocalo de la entrada lo bajamos en dos rapeles hasta el suelo, pero como ya no tenia clavos de roca, utilice los troncocónicos de entonces y varios tubulares de hielo como si fueran clavos de roca. Por suerte habia gente francesa en el Refugio que debido al mal tiempo solo estaba de paseo y aunque con poca visibilidad nos vieron en la base del corredor y llamaron desde el teléfono de emergencias que hay en Pombie a los Gendarmes. Llegaron en tres horas con esquis desde cerca del Lago de Artouste donde ya no pudieron pasar con el coche debido a la nieve que habia en la carretera francesa y anocheciendo se lo bajaron en camilla esquiando a la ambulancia y luego a un hospital en Pau donde le atendieron, escayolaron y durmió. Pero para mi quedaba bajar hasta Formigal, no solo con mi mochila, sino con la de él y sus esquis. Llegaba a las 11 de la noche sin apenas luz en el frontal para dormir en el refugio Blanchard en la parte trasera del Hotel Formigal. El dia 7 me fuia a Jaca ( yo tenia el típico Simca 1000 de la canción) a ver a mis amigos de la Guardia Civil que llamando a la Gendarmería  averiguaron en que hospital estaba en Pau. Lo recogía después de muchos tramites y firmar papeles a las 4 de la tarde y otra vez por El Somport y aquellas carreteras francesas y aquel Monrepos español, llegábamos a la “Casa Grande”  a las 11 de la noche donde ya se quedo hospitalizado en compañía de su familia para que 2 dias después le operaran. Hoy en dia Jesus (el ingeniero) escala vías de hasta 8a y la nieve la ve de lejos y el hielo ni en los cubatas.



3 comentarios:

Oscar dijo...

Madre mia sin movil ni na...que se iba antes....jejeje anda que no eh???
Gracias Lorenzo por conpatir con todos estas aventuras....

Antonio Anzas dijo...

Muchas gracias D.Lorenzo por los piropos y las atenciones. Pero hace unos días estaba yo acordandome que mira..... mucho "caracol" en la barra de la izda. del blog y unos "Por no molestar"...otros que dicen no saben...que si solo hacen deportiva...que si no se que... solo pio si es "mu jasco"...o es que soy el Master.... Coñe siempre andamos piando los mismos y mire Vd. aqui hay personal con muchas historias que contar, haber si se me va ha engordar el "ego" y me teneis que echar el freno. Porque pienso dar mal para rato ( si el cuerpo me aguanta )Que ultimamente parecia que queriamos monopolizar. Master que pasa puesss...! azuze..azuze...!

Con mucho cariño
Anzas

Antonio Anzas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.