Pilier de Choranche- Vercors





260   m, 6c- A0  , 6a  ob
Julio 2012
Nando  y Alberto

La parte inferior del Pilar de Choranche con el gendarme caracteristico.

Ultimo día de nuestras mini-vacaciones, se nos ocurre ir al Vercors que parece estar ya un poco mas cerca de casa y Nando no lo conoce. Elegimos como objetivo el” Pilier de Choranche”  una de las vías recomendadas en el libro “Parois de legende” de Arnaud Petit.
En el inicio del diedro de la parte inferior (6a)

Para acceder a la vía seguimos la ruta que  desde la aldea de Charmeil va a buscar la rampa de Choranche. El descenso por esta rampa es incomodo, hay que agarrarse a unos cables bastante finos  y  en los tramos mas verticales parece que  las manos no te sujeten suficientemente, imprescindible llevar guantes. En algo más de una hora llegamos al pie de vía y empezamos por una variante a la izquierda del espolón (V+). El siguiente largo, de la misma dificultad, nos sitúa encima de un gran gendarme pegado al pilar. A continuación vienen 2 largos magníficos por diedros perfectos (6a – 6a +), este terreno nos  recuerda el Montrebei de mejor roca, pero con bolts, no obstante los seguros están espaciados (8-10 m) por lo que normalmente colocamos al menos  un friend entre chapa y chapa.
En la R despues de la travesía de 6b

En el gran diedro final, 6a+ atletico

A continuación se supera un muro ligeramente desplomado en A0, con alguna salida en libre (equipado con clavos y bolts), pequeña travesía a la izquierda (6b) y reunión.


Escalando en chimenea el gran diedro final




La vía esta al sol, hace mucho calor y mientras atravieso una gran sabina mi  botella de agua se desprende del arnes y revienta al chocar con una repisa.
La parte final de la vía surca un diedro-chimenea ligeramente desplomado,  muy exigente y atlético (6 a+/6c/A0) de casi  100 m,  prácticamente equipado. Después solo queda atravesar por terreno  fácil a la izquierda hasta montar la última reunión en unos bojes. Para regresar nos liamos un poco, subimos nuevamente por cables, bajamos y al final salimos al camino de vuelta.




Sedientos de agua y vino, borrachos de roca, casi sin fuerzas, llegamos al coche a las 6 de la tarde e iniciamos el regreso a Barcelona.
Relajante paisaje del Vercors, mejor evitar pleno verano

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