ESCALADAS EN LUCHON:
CARA N DEL CRABIOULES
Hay
veces en nuestra tierra en que, cuando se pone a llover “con 8 apellidos
vascos”, parece que el diluvio seguirá eternamente… Cuando toca una de esas, la
única opción para alegrarse el ojillo sin emigrar al sur es volver a mirar las
las fotos ya viejas de este verano pasado. Y así de repente volvemos a esos
días de agosto en el Valle de Luchon.
Una
de las cosas buenas del libro de “Las 100…” de Bellefon es que te obliga a
salir de tu zona de confort, de tus terrenos de juego habituales para
descubrirte parajes nuevos a los que luego se vuelve con gusto. Los distintos
valles que confluyen en Bagneres de Luchon son uno de esos sitios. En distintas
visitas hemos escalado ya varias de sus vías: Diedro de Espijeoles, Placa
Cereza al Maupas, Ravier al Quayrat… Todas ellas buenas y recomendables. La
única pega es lo lejos que está.
En
esta ocasión remontamos el valle de Lis, recóndito y boscoso, culminando en un
circo agreste y salvaje, para tres días de gozosa y agotadora actividad en uno
de los enclaves más alpinos del Piri. Tres días como los de antes, pegados a la
mochila inmersos en una montaña que aún conserva nieve en cantidad, haciendo
necesarias botas de trekking y crampones. (La verdad es que un año normal uno podría
pasarse sin crampones, pero cada vez que los calzamos en verano en el Piri sentimos
un placer especial!)
Una
aproximación larga, de fuerte desnivel, a través de un paisaje rezumando
humedad y brumas. Hay un refugio en el circo, pero nosotros tomamos el camino
de las antiguas minas, hacia una cabaña de pastores con parte libre. Cascadas,
herbazales perlados de rocío, sendas que se pierden, resbalones… Tres horas
para 1100 m de desnivel.
Tras
la noche en la minúscula cabaña, la aproximación a la pared es como el circo:
agreste, salvaje, poco definida. El día amanece despejado, y la cara N del
Crabioules domina el paisaje. Ponemos crampones para cruzar un nevero, resto de
lo que antaño fue glaciar. Y ya estamos en la pared. Unas 2h y media.
En el 3. largo |
Saliendo del tercero. |
A
las 9 le entramos a la pared. Los primeros cuatro largos van por un terreno
salpicado de esquistos tumbadillo y discontínuo. El largo más interesante es el
tercero, marcado por un techo que se bordea por la derecha, terreno de V no muy
difícil pero tampoco fácil de proteger. Y sin demasiados problemas llegamos a
unas terrazas bajo el muro final, donde se concentran las dificultades y la
severidad de la pared.
Entrando al largo clave |
Partiendo
de una reunión montada (pitón y pico de roca), siguen unos pasos expos por
buena roca hasta otro gran pico, luego se pasa una reunión y se sigue por una
fisura diedro pitonada a reforzar con fisus y micros. Es el largo clave, 30 o
35 m de terreno vertical y delicado, un
buen 6a de protección no del todo evidente y de escalada técnica. Hay algunos
clavos, pero aun así el terreno se las trae. Los relieves más marcados se
mueven y no pueden ser usados, así que la escalada es más difícil y peligrosa
de lo que parece, y hay que añadir fisus y aliens a los 4 o 5 clavos del largo.
La reunión es incómoda, pero lo peor ha pasado.
Ambiente en el largo clave |
Aun
queda otro largo delicado, pero mejor asegurado y más sólido, y luego el
terreno relaja hasta la arista cimera. Salimos de la sombra al sol, la cima
está próxima. Tras la tensión de los últimos largos, empezamos a disfrutar del
ambiente. El horizonte parece curvarse de puro amplio: el Pirineo es infinito…
6º largo |
Un paso curioso en el 7º |
Unas
6h de vía para 300 m de vía y 8 largos. Usamos 12 expreses, fisus, aliens y
camelots hasta el 3, además de martillo y algún pitón en prevención que no
usaremos. Llevamos crampones, pero se podría pasar sin ellos, en cambio lo que
sí vale la pena es llevar un bastón por barba. Como éramos cordada de tres, el
primero ha podido subir sin peso, lo cual es muy interesante para los largos
superiores.
Como
tenemos idea de dormir en el ref. del Portillon, seguimos la cresta pasando el
Crabioules Occidental hasta la brecha Mamy, y desde allí un rappel y destrepes nos
dejan en la vertiente del refu, no muy lejos del col inferior de Literola.
Cara O del Lezat |
Ya
en el refu, el crepúsculo tiñe de rojo la cara Oeste del Quayrat. Justo encima
nuestro, también el Lezat se ilumina con las últimas luces. Pero a ésta la
miramos de otra manera, intentando adivinar el recorrido de mañana,
anticipándonos a las dificultades. Además mañana cambia el tiempo…
Lasarte anaiak eta Unai
4 comentarios:
Qué bonitos recuerdos!!! Siempre es un placer leer vuestras piadas. Espero ansioso los siguientes capítulos.
Este año ha pasado sin borrar ninguna bellefonada. Doble trabajo para el próximo año...y pendientes de compartir cuerda con vosotros.
Grandes Lasarte.
El año que viene hay que bellefonear de nuevo, y ya sabéis donde!
Magnífica vía del libro de Bellefon....
Relato poético "old style"....
Carrozones más que carrozones....
He disfrutado mucho con vuestro relato.
Un abrazo desde Zumaia
Ra
Gracias por los comentarios!!
Por supuesto, hay Bellefonadas pendientes que esperamos compartir, y no solo en el blog.
Acabamos de volver de darnos una vuelta bajo Astazous y Marboré...Otra de las 100. Pero se nos ha cascado un crampón, que ya eran tan viejo como nuestras articulaciones, así queda pendiente...
Joe, Ra, aspaldiko!
Gabon zoriontsuak, Feliz Navidad!
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