ESCALADA EN MALLORCA, TACHANDO EL LIBRO

Remi, Oscar y Chavi

Una de las cosas buenas de las colecciones, de las listas de objetivos es que te hacen mover el culo a conocer sitios. El libro de Soldevila ha sido la excusa perfecta, el motor que nos ha traído a Mallorca.

Hemos pasado una semana bien aprovechada, el libro nos ha guiado y sin conocer nada más lo que hemos hecho es de una calidad excepcional y tiene su lugar merecido en el libro de las 100 de Cataluña, aunque no es Cataluña!

El primer día de escalada elegimos la Directa al Paredón para nuestro estreno.

Aproximación al Paredón (la pared de la izquierda)

Aprovechando la condición militar de uno de los tres integrantes del grupo nos presentamos en el puesto de control del cuartel y comunicamos nuestra intención de escalar en el Paredón. Todo fueron facilidades, cortesía y amabilidad, gracias, gracias, gracias.

Primer largo de la Directa

El inicio de la vía es bastante evidente. El primer largo es el que más aprieta y quedó un movimiento sin liberar que se pasa en acero el resto de la vía se escala bien con mucho V+ y algo de 6a, y otro pasito en un largo atlético de nuevo acerable si no te dan las chichas.

Atlético con canto

Vía de calidad, en un bonito entorno.

El segundo día fuimos a conocer Sa Gubia. Si en el Paredón la roca nos pareció realmente buena aquí empezamos a no encontrar los adjetivos adecuados para expresar lo que hay. Esto es una pasada.

En Sa Gubia la mayoría de las vías son de corte deportivo y bastantes son de varios largos.

Empezamos con Princesa y no tengo palabras. Todos los largos son magníficos, en un grado a priori asequible (bastante 6a y V+), el tramo de 6c es acerable si no puedes con él, pero por aquí no suben todos. La distancia entre seguros exige escalar con cierta determinación y el grado está ajustado, en contraprestación la roca es brutal, los movimientos atléticos, la verticalidad imponente, un placer para los sentidos. Las comparaciones son odiosas pero en su grado y de concepción deportiva de lo mejor que he escalado en una vía de varios largos.

Tras Princesa aún nos quedaron energías para hacer Bombers. En Bombers la escalada pasa a ser más técnica, más placa y el grado obligado sube, hay que escalar fino y también con determinación. No hicimos uso de ello pero si te ves apretado en algún paso vimos posibilidades para el gancho.

Las dos vías nos ocuparon todo el día y nos dejaron mas que escalados.

El tercer día hicimos descanso activo escalando el espolón de la normal en Sa Gubia, una vía cinco estrellas en su grado y rematamos la actividad haciendo la cresta y bajando por una pista entretenida entre campos con olivos milenarios.

Normal en Sa Gubia

Cresta final de la vía normal que se hace bien sin cuerda

Sofá de piedra en la cima

Con la actividad del cuarto día hacíamos el pleno a los objetivos planteados para el viaje, el destino la pared del Entreforc y la vía Rectal.

Amanece gris por no decir muy nublado y conforme nos acercamos con la furgoneta al punto de partida comienza a llover. Al llegar al restaurante Escorça lo más prudente es irnos a buscar caracoles y nos pedimos un café para pasar el rato. Tenemos la suerte de coincidir con el masterchef del lugar, Joan Riera que está esperando a unos clientes y pasamos un buen rato de tertulia.

A las 11 de la mañana salimos del café y sigue el día gris pero ya no llueve y se insinúa que detrás de las nubes el sol está intentando abrir camino, según aemet el día irá a mejor y con el empuje del señor Nieto decidimos probar suerte a ver hasta donde llegamos.

Descenso potente hasta el fondo del barranco y tras seguir un ratillo el fondo del barranco nos plantamos a pie de vía. El entorno es bestial, la pared que tenemos encima supera la verticalidad y parece mentira que por aquí se pueda subir en libre y menos una vía donde el grado en general está entre V y V+ según la reseña ( para mi gusto grado ajustado).

Hierbas zancadilleantes habituales en las aproximaciones

Por el fondo del barranco

Pared del Entreforc, IMPONENTE!

A las 12:30 empezamos la escalada y seis horas después saldremos por arriba tras realizar la actividad estrella de la semana, una vía de aventura, donde el grado sólo es un ingrediente más y donde hay que leer bien la pared, controlar la autoprotección y escalar con mucho aire entre seguros y con ambiente a tope.

Llegando a R2, ambiente acrobático

Roca erosionada pero firme, largo de navegación

El mismo largo de navegación de la foto de antes pero fotografiado desde arriba, el escalador en una zona de travesia horizontal

Las reuniones han sido reequipadas y en algunos caso cambiadas de sitio, en mi opinión con acierto. Nosotros de internet sacamos una reseña tuneada respecto a la del libro de Soldevila que viene muy bien.

Con Rectal termino la colección de las 100 mejores de Cataluña, uno de los mejores libros de selección de vias que he tenido en mis manos y que me ha motivado extraordinariamente.

Objetivo cumplido, lista completada!

Del final de vía todavía queda trabajo por hacer. El descenso por el campo de penitentes es perdedor y muy delicado, si te caes te quedas ensartado en esta roca y una vez llegas al fondo del barranco tienes que remontar hasta el restaurante Escorça una señora cuesta.

Campo de penitentes

No te caigas que te quedas ensartado en estos filos cortantes

El quinto y ultimo día de nuestro periplo por Mallorca visitamos Cala Magraner. Zona deportiva llena de extranjeros junto al mar, esto es guirilandia. Tras frikear unas horas nos volvemos a reposar y tomar fuerzas para celebrar esta fantástica semana con una cena de copete y un concierto de música en vivo en la calle que casualmente se  celebra a 300 metros del apartamento que hemos alquilado.

Tras unos buenos gin tonic y unos bailoteos, la experiencia y el sentido común se imponen y nos retiramos a dormir para coger al día siguiente el barco de vuelta temprano a pesar de las protestas de algún miembro de la expedición que prefería empalmar la fiesta con el barco y pasar la noche hidratandose con ginebra.

Fantástica semana donde se ha juntado la calidad de la escalada, con el buen tiempo y un grupo de amigos excelente.