Toño y Pablo
El último día de la expedición decidimos escalar en el peñón. Hacemos dos cordadas.
José y Chavi escalaran Herbes Magiques, Toño y yo vamos a Mare Nostrum.
A pesar de ser una vía bastante reciente (2012) se esta
convertido en una de las clásicas del peñón. La vía esta completamente equipada
y discurre siempre por terreno muy desplomado entre las numerosas bóvedas de
esta parte de la pared. Según Toño es como escalar en la Visera de Riglos y esa
es una de las razones por las que le gusta tanto esta vía.
L1 (7a/7a+) Toño me cede el honor de subir el primer largo
ya que le ha tocado en otras ocasiones y no le atrae demasiado. El largo es
buenísimo pero te pilla muy frío y el tacto de la roca es muy jabonoso como
para hacerlo sin parar. 45 metros La reunión es totalmente colgada y por tanto
muy incómoda.
Toño recuperando el L1
L2 (6c+) Salida bastante a bloque de la reunión en las
primeras chapas para pasar a una zona menos desplomada y más fácil. 35 metros.
Reunión muy cómoda en una bóveda, esta será la tónica del resto de reuniones.
L3 (6a+) Salida por el borde izquierdo de una gran bóveda
con cantos enormes para escalar luego por terreno menos desplomado. Largo muy
bonito. 45 metros
Inicio del L3
L4 (6a+) Tónica similar al anterior salida de una bóveda muy
desplomada, donde se atraviesa hacia la izquierda. Algún canto lo encontramos
bastante jabonoso lo que hace que sea más difícil subir. 45 metros
Toño en el L4
L5 (6b/+) Largo precioso muy atlético y mantenido pero con
grandes cantos en todo momento que te hacen disfrutar de lo lindo. 45 metros
L6 (6a/+) Otro largazo que supera un terreno bastante
desplomado pero provisto de grandes cantos. 35 metros
Toño en el L6
L7 (7a) Si la vía ya era suficientemente buena, este largo
pone la guinda del pastel. Muro desplomado con grandes cantos y roca excelente.
Realmente una joya donde se disfruta de principio a fin!!! 40 metros
Toño apretando en la visera del L7
L8 (V) largo fácil de buena roca para llegar al final de la
ruta. 40 metros
La vía nos costo aproximadamente 4 horas escalando sin
prisas.
Vía excelente para poner a prueba nuestros antebrazos.
Al bajar del peñón despedimos nuestro viaje levantino con
una suculenta paella.
Como resumen del viaje, tres días de disfrutar de una roca
excepcional, del calor y solcito levantino y sobretodo de compartir cordada con
dos grandísimas personas de las que he aprendido muchas cosas. Seguro que
repetimos en muchas más ocasiones.
Y tras tres días de buena actividad uno vuelve a casa hasta
con cierto espíritu navideño y preparado
para una buena dosis de familia y comilonas.
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