Ravier a la
Cara SE del Dent d´Orlu (o algo así)
La primera vez que visitamos
el Dent d´Orlu, lo hicimos atraídos por la fama de “Les enfants de la dalle”,
larguíiiiisima vía equipada cuyo interés y belleza no se corresponde demasiado con
su longitud. Es bastante monótona, y creo que disfrutamos más de la arista
final que de la vía en sí. En cualquier caso, el hecho de ser la vía de chapa
más larga del Piri hace que tenga muchos pretendientes. Por cierto que más de
uno se lleva sorpresas, pues el tramo de arista, además de largo, está
semiequipado y al comienzo tiene algún larguillo peleón, de Vsup. Creo que a
más de una cordada que hace la vía en un tiempo prudencial se le puede
atragantar la arista, y eso puede suponer bajar de noche. Estamos hablando de
veintitantos largos y más de 900 m más la arista más una bajada de 2 h y pico yendo
rápido.
La entrada a la via |
Total, que aquella vez
ya vimos que cualquier actividad en esta vertiente sería larga, y que incluso todas
las horas del verano se pueden quedar cortas. Esta vez vamos a entrarle a la
Ravier a la cara SE, otros 1000m de desnivel hasta la cima, así que el
despertador suena a las 6h.
En Ariége, el bosque y
la vegetación son tan exuberantes que se adueñan de todo. Hasta de las paredes
a poco que pierden verticalidad, como ya vimos en el Mont Valier. Hasta de
diedros y fisuras verticales, como hemos visto en esta Ravier. Todo ello hace
que la visión de la pared por la que discurre la vía sea un tanto… inhabitual.
La vía culebrea a veces esquivando y a veces atravesando jardines más o menos
inclinados, y a veces es difícil
orientarse faltos de referencias rocosas.
5º largo |
Algo así nos pasa a nosotros. Los cinco primeros largos más o menos los vamos siguiendo, superando la “escama desplomada” del tercer largo, el rasgo más característico y más duro de esta parte de la pared, una laja brillante por las chorreras protegida por varios pitones que se sube en bavaresa. Un largo muy chulo (V sup) que tiene cierto ambiente al estar mojado. Pero tres largos más adelante acabamos de liarnos, y en vano recorremos la pared en travesía a la izquierda buscando por donde seguir… Bueno, miento, hay unos diedros “boscosos”, pero dan demasiado repelús… Tras ciertas vacilaciones, visto que el reloj sigue su curso y que además nubes de tormenta hacen su aparición en las cercanías, tomamos la directa y con la ayuda de las chapas de “Ours en pelouche”, vía equipada que asciende a la derecha de la Ravier, recuperamos el tiempo perdido y nos plantamos en el Hombro en un tiempo razonable. La verdad es que al final volveremos a visualizar la salida de la Ravier por unas canales de IV, pero estamos disfrutando de los largos de “L´ours..”, placas verticales con lajas de 6ª/6ª+ que nos regalan una escalada muy bonita, así que nos hacemos los locos…
Tras el hombro queda aún
mucho desnivel, surcando primero campos de rododendros donde florecen iris y
azucenas, preciosos de ver pero coñazos para atravesar, y luego siguiendo otra
vía histórica, la Exiga-Giraud, bastante equipada y sencilla, que salvo tramos
aislados (un largo de 6a justo bajo la Mano) permite avanzar en zapatillas.
Llegamos así a la Taillante, ese hermoso filo de cuchillo que separa la Mano
del Diente d´Orlu, y que nos ha hecho venir hasta aquí: una sección sencilla
pero muy estética.
En la Taillante |
La cima está cerca. Seguimos ensemble y nos plantamos en la arista final, a dos largos de la cima. Pasamos alguna cordada en la arista y por fin llegamos tras 11h y media de danza. La niebla nos rodea, no se ve ni torta. Por suerte tenemos bastante claro el recuerdo del descenso. Primero se baja por la normal hasta el Col de Brasseil, y después se tuerce a la derecha por el camino que baja a la cara E. Al llegar al 2º collado, en lugar de bajar se sigue una cresta herbosa que sube y permanece mucho rato a cota 2000, hasta que unas sendas conducen la cabaña a cota 1770m que sirve de referencia. Con buena visibilidad no hay mayor problema, pero en nuestro caso la niebla nos hace dudar, aunque por suerte un momento se abre la niebla y divisamos la cabaña. Aquí se puede conseguir agua y de aquí arranca el camino de regreso al parking, en la linde del bosque, cuyo comienzo a veces cuesta encontrar.
Cima |
Esta última bajada es alucinante: un sombrío bosque plantado en pendientes de 45º o más donde como pierdas la senda tendrás que rappelar de tronco a tronco. Son las 21h cuando tras 14 h de excursión regresamos al coche.
En fin, hay que admitir que la Ravier del Orlu no ha envejecido demasiado bien. La vía en sí tal vez no merezca demasiado la pena para un escalador moderno, pero en cualquier caso siempre está la posibilidad de salir por “L´Ours en pelouche” que ofrece unos largos muy buenos de escalada equipada si la hierba o el despiste nos obligan. Y la combinación con la ascensión a la Mano y la Taillante hasta la cima la convierten en una actividad que agradará a pirineístas amantes de largos recorridos, y por supuesto a los aficionados a la botánica, entre los que me cuento.
L´Ours en pelouche |
A falta de croquis, disponemos de una foto de Remy Thivel describiendo el recorrido de la Ravier. Se trata de un pdf que no hemos podido insertar en la piada pero que gustosos enviaremos por email a quién le interese.
Lasarte anaiak
4 comentarios:
Bravo!
En estos tiempos somos pocos los que peregrinamos con el libro de Bellefon y esta vía ha quedado eclipsada y olvidada por la falta de uso, la vegetación y las modernas líneas parabolizadas que la rondan.
Escalar esta vía es una demostración de talibanismo bellefoniano frente a las opciones del Dent de Orlú.
Tuve la fortuna de encontrar compañero para esta vía (Noel) y también nos perdimos un poco aunque reencontramos la vía por esos diedros herbosos.
Olé!
Chavi
Uff! Talibanismo bellefoniano,como suena!!! Pero algo de eso hay...
Un abrazo, y a ver si podemos coincidir en alguna.
Lasarte anaiak
Vivan los alpinistas viejos y feos, y sobre todos los que aun conservan el espíritu romántico en estos tiempos de cifras y letras.
Eso si, a mi en esta no me pilláis.
"Un sibarita de la roca"
Buen relato de la aventura y gran escursión, de las de antes! como se nota que os va el barro en estos tiempos en los que casi nadie se "enmarrona", rescatando clásicas olvidadas! un abrazo!
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