TAILLON ( 3144 mt)
CORREDOR CENTRAL
Los adelantos traerán los fracasos... decía mi abuelo.
Érase que se era un bonito Martes , 3 días antes de la nochebuena. Un grupo de
amigos por distintas causas y motivos, nos habíamos juntado en Bujaruelo. El
grupo lo formábamos Jose Luis “Chelis” ( Sheriff del Condado de Bujaruelo) ,
Raventós Chavi ( Conde de montrebei), Juan Carlos Cirera Duque de “Birdman” y
un servidor dispuestos a pasar un bonito y “solitario” día de monte.
La solitaria llegada a Bujaruelo, (no vimos a nadie en todo
el Cotefablo ), más presagiaba alguna aparición
en alguna curva de algún ánima , digna de llamar a Iker Jimenez, o de algún jabalí tamaño trailer que la
sorpresa que un rato después nos llevaríamos en el collado.
El caso es que en medio de un gélido viento cuando llegábamos
al collado de Bujaruelo, empieza a aparecer gente como en la ofrenda del Pilar
pero sin bandurrias, y aunque traían medias de lana prometían que no eran
flores lo que iban a tirar los primeros... En un momento de ser 4 , allí había
más lucecitas que en la Coliseum, ( hasta 15 conté) así que como esa señora de
avanzada edad que entra en las rebajas metiendo codos y repartiendo leña para
pillar el sostén color carne, nos
lanzamos monte arriba, pisando a fondo, para intentar llegar primeros.
Al final lo conseguimos, llegamos los primeros y disfrutamos
mucho de la actividad, aunque ya habíamos estado aquí éste año está más bonito y
te llama a subir.
La publicidad en las redes sociales y páginas están trayendo
algo inevitable pero fastidioso, máxime en un país con tan pocas opciones
invernales, la odiosa masificación. Salgo al monte en invierno desde hace 27
años y cuento muchas veces la cantidad de “intentos” que hacer la actividad
antes nos conllevaba.
Cada uno es libre de publicar o no la información, pero si
el argumento es “es que vengo de lejos”, se puede hacer como hacíamos antes:
tirar de teléfono , llamar a los refugios, a los guías, a los colegas... y que
demonios PROBAR SUERTE.
Es verdad que a todos nos gusta saber a donde vamos, y que
el hecho de saber que la gente está subiendo aminora nuestros temores pero el
precio a pagar, la masificación , es a veces muy alto, y casi puede cambiar
totalmente la belleza de una actividad.
Una semana después estuve con Lorenzo por Telera, estuvimos
en la cima Puerto Rico ( puerrrtooo ricoooo me lo regalooooooo) SOLOS ,
SOLISIMOS. Aprovechamos una casualidad para hacer una intentona en el Eduardo
Enmanuel ( aunque no teníamos muy claro donde estábamos) , nos bajamos en un
punto que sin nieve era una escombrera vertical de 8-9 mt descompuesto y que con nieve/hielo, ni existirá
casi... la cercana Vía des Toys la intentaron unos chicos vascos al día siguiente y nos dijeron sus amigos, que estaba bastante difícil/cabrona...
pero la sensación de aventura fría, de compañia del compañero, y de SOLEDAD
INVERNAL , bien vale unos cuantos intentos a esas vías lejanas...
SALUD!!
Bendita Soledad Invernal
Cuarteto de piratas !
ResponderEliminarEl tema de las aglomeraciones en recorridos de nieve y hielo es parecido a lo que pasa con la roca lo que ocurre es que las consecuencias son distintas.
ResponderEliminarEn hielo/nieve la palabra mágica es excelentes condiciones otras palabras ayudan como huella abierta, más fácil que en condiciones normales, etc.
Por supuesto que cuanto más difícil y más expuesto es menos abejas acuden a la miel.
Lo que ocurre es que el terreno de juego es mucho menos amplio que la roca y las condiciones del hielo y la nieve condicionan mucho la dificultad real .
Pero en mi opinión con la roca pasa igual.
Se abre un recorrido de varios largos generosamente equipado y una aproximación razonable y la clientela está asegurada.
Conforme se reduce el equipamiento fijo, aumenta la exposición y aumenta la aproximación los pretendientes bajan.
Todos queremos disfrutar sin sufrir, la mayoría siempre y la minoría lo combina con actividades de mayor exigencia.
La solución es sencilla tanto en roca como en hielo, aumentar esfuerzo y carácter a la actividad e ir a los sitios con la incertidumbre de que me encontraré. Resultado aventura.
Por supuesto la aventura implica estar dispuesto a fracasar, a no encontrar el inicio de vía, a que esté en malas condiciones, a no ser capaz de subir.
A un conocido y potente escalador muy polivalente que lleva muchos años en esto le oí decir que el tenía un impresionante curriculum de vías de las que se había bajado y que saber bajarse de una vía muchas veces no era tarea fácil.
Por supuesto si no buscara aventura esto le habría ocurrido pocas veces.
Lo interesante de esta reflexión es que ese es el tipo de compañero de cuerda que todos queremos.
El condeduque de Olivares.