los Caracoles Majaras: EL SUR DE VERTICUALIDAD

Toño y Chavi

Una de las cosas buenas del coleccionismo es que te obliga a mover el culo y conocer sitios nuevos.

Gracias a dicha anormalidad encuentro la motivación para en cuatro días hacer más de 2.000 kilómetros al volante de la máquina del tiempo acompañado del roncador copiloto Toño.

El paseo empieza por Leiva en Murcia, sigue por el Chorro en Malaga y termina en Las Alcandoras en Jaén con parada en Carmona (Sevilla) para recoger una bici que se había comprado Toño por internet, un plan lógico y razonable, todo en cuatro días.

Los dos primeros días escalamos en Leiva tres vías verticuales Eiger, Carrillo-Vera y Carnaval.

Alta calidad en estas rutas tiesas de principio a fin, atléticas, con roca de calidad, algo mojada por las lluvias torrenciales que han caído los últimos días y bastante equipadas para escalar donde somos capaces y subir donde no.

Para las dos primeras conviene llevar algun friend pequeño y mediano para completar el equipamiento aunque se pone poco y en Carnaval se pasa sólo con cintas.

Bonita pared cuya única pega es que está demasiado lejos de Zaragoza para venir a menudo y por la longitud de la pared al menos hay que hacer dos vías en el día para saciar el apetito.

De allí nos trasladamos al Chorro donde subimos por la archifamosa Zeppelin. No es que la vía sea mala pero lo difícil es tan difícil y además el tiempo no acompaña que me voy agarrando a las cintas en varios largos y uno siente casi que está cumpliendo con una obligación en lugar de disfrutar de la escalada.

Me recuerda a la sensación que tienes cuando afrontas una vía de deportiva que no sabes escalar, lo normal es que te parezca mala, pero si al cabo del tiempo la consigues liberar, entonces te parece buena y sin embargo es la misma vía.

Por otra parte nos sentimos los monos del circo porque el caminito del rey pasa por la pared de enfrente y mientras escalamos pasaron más de mil personas todos uniformados con sus cascos blancos y observándonos permanentemente.

Rematamos nuestro viaje por el Sur visitando Las Alcandoras, un bonito lugar con una pared bastante imponente en un paraje tranquilo.

Nos gustó mucho el lugar, escalamos la clásica Tucan y no descartamos volver a probar otras rutas.

Roca erosionada, ergonómica y de calidad, terreno vertical de autoprotección y un segundo largo claramente más difícil que el resto pero equipado en su totalidad excepto en la entrada a la reunión donde el camalot del 3 se gana el sueldo.

Por la red se habla de no chapar el ultimo parabolt de ese segundo largo porque el bolt está en un bloque muy grande con riesgo de caer. A nosotros nos pareció que esa roca va a estar allí por muchos años pero bueno nunca se sabe.

Y así escalando y viajando pasamos cuatro días de turismo verticual conociendo lugares lejanos de la tierra de la piel de toro que unos franceses de Pau descubrieron para muchos de nosotros a través de un mítico libro agotado en las librerías que se encuentra sin duda entre los cinco mejores libros de escalada de España.